La Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación del Papa Francisco, publicó nuevas instrucciones sobre la cremación y esparción de las cenizas de los difuntos.
Este órgano del vaticano, que se encarga de regir sobre la doctrina católica giró las instrucciones a través de un documento que lleva por título ‘Instruccion Ad resurgendum cum Christo’ (en español es algo así como ‘Instrucción para subir de nuevo con Cristo’) donde se prohíbe el esparcimiento de las cenizas de los difuntos por tierra, mar y aire.
Según publica BBC Mundo, la Iglesia no se opone a la cremación por razones «higiénicas, económicas o sociales», pero «La Iglesia recomienda insistentemente que los cuerpos de los difuntos sean sepultados en cementerios u otros lugares sagrados».
«Las cenizas del difunto, por regla general, deben mantenerse en un lugar sagrado, es decir, en el cementerio o, si es el caso, en una iglesia», o en algún lugar con «jurisdicción» eclesiástica, ordenan las instrucciones del documento.
«No sea permitida la dispersión de las cenizas en el aire, en la tierra o en el agua o en cualquier otra forma, o la conversión de las cenizas en recuerdos conmemorativos, en piezas de joyería o en otros artículos”, reza parte del documento.
Para el consultor de la Congregación de la Doctrina de la Fe, el español Ángel Rodríguez Luño, en la rueda de prensa de la presentación del documento, el vaticano concede que las cenizas puedan ser conservadas en casa «solo en casos de graves y excepcionales circunstancias», o en lugares como en Asia donde la iglesia local lo prefiere.
Para Rodríguez Luño, «la conservación de las cenizas en un lugar sagrado ayuda a reducir el riesgo de apartar a los difuntos de la oración». Además, «se evita la posibilidad de olvido, falta de respeto y malos tratos, que pueden sobrevenir sobre todo una vez pasada la primera generación, así como prácticas inconvenientes o supersticiosas».
Datos
El documento ‘Instruccion Ad resurgendum cum Christo’ (‘Instrucción para subir de nuevo con Cristo’) sustituye el ‘Piam et constantem’ (‘Leales y Constantes’) aprobado en el año de 1963 que autorizó las cremaciones por primera vez.
Además, la Iglesia católica puso una restricción para los difuntos de poca fe y prohibió a los familiares de una persona que haya expresado su voluntad de ser cremado y sus cenizas esparcidas «por razones contrarias a la fe cristiana», solicitar las exequias, pues se le serán negadas, así lo reseña BBC Mundo en su publicación del pasado 25 de octubre.
Posiciones contrarias
Aunque la Iglesia admite que «no ve razones doctrinales» para prohibir la cremación y sostiene que «la cremación del cadáver no toca el alma y no impide a la omnipotencia divina resucitar el cuerpo», para el secretario de la Comisión Teológica Internacional, Serge-Thomas Bonino, fue más contundente en su oposición a la cremación de las personas a la que consideró como «algo brutal».
«No es un proceso natural sino que interviene la técnica y no permite a las personas cercanas acostumbrarse a la falta de un ser querido», dijo en la presentación del documento.
DesdeLaPlaza.com/agencias/Rubén Scorche