En un país donde funciona el sistema de justicia, donde sus instituciones están armónicamente engranadas, es poco probable que ocurran hechos que se salgan del control de las autoridades. Sin embargo, no hay país perfecto ni democracia perfecta.
Hay situaciones que por el mismo sentido común vemos fuera de lo normal y son verdaderamente repudiables. Más cuando un gentilicio como el venezolano, es puesto a prueba a cada rato desde hace ya 17 años.
Decíamos la semana pasada que una de las víctimas de esta guerra no convencional que se nos está aplicando unilateralmente por los factores de poder económico global y sus lacayos que ocupan la mayoría de la Asamblea Nacional era el humor y que al perderlo, se convertía en rabia, ira…en arrechera.
Pues, apenas aprobaron esa Ley de Amnistía, empezaron a ocurrir hechos focales que indignan y ponen de muy mal humor a toda la sociedad: asesinatos selectivos de dirigentes regionales, de alcaldes, de efectivos militares y policiales, de defensores de derechos humanos.
Ha habido incendios de unidades de transporte público y de buses de transporte de estudiantes universitarios. Han saboteado centros de distribución de energía eléctrica y al parecer no pretenden parar. Podría decirse que están aplicando el foquismo como arma perturbadora de este golpe de Estado de mediana intensidad. De eso no tengamos la menor duda.
Pero han ocurrido unos hechos que nos alerta sobre la falta de acción policial ante la arremetida del hampa común. Se trata del linchamiento como forma de hacer justicia por las propias manos de las víctimas.
Ya no es un hecho aislado: en las redes sociales circulan videos de varios casos en el país y es preocupante la forma como se “ajusticia” al hampón, donde alguien o varios en medio de su arrechera e impotencia deciden quemar vivo al delincuente, ante la mirada indiferente de las personas. Y la policía ni se apersona a tomar declaración o a llevarse ante la justicia ordinaria al sujeto capturado por la gente.
Este tipo de situaciones es sumamente peligrosa, sobretodo en este contexto de guerra y golpe de Estado. Pudiese haber linchamientos de gente provocados para tomar videos y fotos y decir que Venezuela es un Estado Forajido, donde sus instituciones judiciales no funcionan y que la gente está tomando la justicia por sus manos.
Así, las ONGs y fundaciones financiadas por agentes externos como la USAID o la NED, saldrían a decir ante la CIDH o la ONU que Venezuela no hay Estado de Derecho y pedirían la aplicación de la Carta Interamericana o pedirían a los marines intervenir en nuestro país.
Indistintamente, el linchamiento es una expresión de un grupo de seres humanos que al no tener respuesta de las fuerzas de seguridad del Estado, toman para sí la justicia y deciden aplicarla con sus propias manos.
Es la ira ante la indiferencia policial. Y es un gravísimo error permitirlo porque nos quitaría la sensatez y entraríamos en la fase intestina de una guerra que la derecha desea en sus ansias totales de hacerse del poder político.
Es urgente hacer el llamado a todas las instituciones del Estado a que pongan mucha atención a estos hechos. A que respondan a tiempo ante las necesidades de seguridad personal de la gente.
Que eviten que el linchamiento sea la orden del día. Porque lo más delicado es que pueden haber grupos que promueven esta situación y pretenden ampararse en la impresentable Ley de Amnistía.
Evitemos entonces que la sed de justicia se nos desborde de las manos. Que prevalezca la sensatez y sobretodo la paz.
(nota: las imágenes son fuertes, recomendamos al lector no exponer a menores de edad)
Leyenda de la secuencia de imágenes: Un ladrón fue atrapado en las inmediaciones de la avenida principal de Los Ruices, en el cual luego de ser golpeado es rociado y prendido en candela por un sujeto lleno de ira, ante la mirada de todos. La sensatez de varios reinó y fue auxiliado. La ausencia de la Policía de Sucre es total en ese sector. Las imágenes son captura del video que circula en las redes sociales y grupos de usuarios.
DesdeLaPlaza.com/ Noel Briceño Ríos