Las autoridades ucranianas instaron este lunes a la población de Donetsk y Lugansk (este) a abandonar esas ciudades rebeldes antes de la ofensiva que las fuerzas gubernamentales ataquen a las posiciones de los insurgentes prorrusos.
«Nos dirigimos a la población civil para que abandone provisionalmente estas ciudades, ya que allí tendrá lugar una operación para su liberación y para la eliminación de los terroristas«, declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, Andréi Lisenko, en rueda de prensa.
Lisenko aseguró que el Gobierno está dispuesto a ofrecer cualquier medio de transporte necesario para que los civiles huyan de ambas ciudades a través de corredores seguros. Al mismo tiempo, negó que el Ejecutivo de Kiev se proponga recurrir a la artillería pesada para atacar las principales plazas fuertes de los rebeldes. «Nosotros no hacemos como los militares rusos en el Cáucaso: no bombardeamos las ciudades hasta sus cimientos para poder entrar y poner la banderita», subrayó.
Las fuerzas gubernamentales intentan desde el pasado fin de semana romper la franja rebelde que une las regiones de Donetsk y Lugansk y que pasa por el bastión de Krasni Luch, escenario de encarnizados combates. Según Kiev, la conquista de Krasni Luch (Lugansk) supondría el bloqueo de abastecimiento a los separatistas por parte de Rusia.
Otro de los objetivos de la ofensiva ucraniana son las localidades situadas en las inmediaciones de la zona donde el 17 de julio cayó el avión malasio con 298 personas a bordo, las últimas vías de comunicación entre las dos regiones prorrusas, en territorio de Donetsk. Lisenko también informó de que 568 militares ucranianos han muerto, seis en las últimas 24 horas, desde el inicio en abril pasado del conflicto armado contra los separatistas.
Desde la Plaza/La Vanguardia/AMH