Finaliza el 2016, año complejo, en donde la Revolución Bolivariana realizó un gran esfuerzo contra los constantes saboteos emprendidos por agentes internos y externos a la economía de la República, la cual ha sido ampliamente afectada por estos hechos de carácter destructivos.
Contrabando de extracción de productos y materias primas para el procesamiento industrial y alimentario; ataques a la moneda y a las transacciones financieras; sabotajes al papel moneda y a los servicios básicos fueron algunas de las acciones que los enemigos de la Patria, en su afán por derrocar la Revolución, realizaron sin tregua alguna; aliados con el sistema dominante internacional para ejercer una especie de Bloqueo Económico y Financiero.
Hemos podido seguir nuestra ruta gracias a la fortaleza de la conciencia revolucionaria sembrada por el Comandante Chávez en nuestro pueblo y su dirigencia. Por otra parte la propia renta petrolera, a pesar de estar disminuida por el ataque a los precios, ha sido un soporte importante que ha permitido suplir las carencias que nos ha dejado un aparato productivo privado moviéndose según las pautas que se generan desde los efectos de la propia conspiración.
En materia agroalimentaria terminamos un año de batalla continuada por alcanzar mejores niveles de Seguridad y Soberanía, sin embargo, los efectos de la Guerra Económica son evidentes, sobretodo en el incremento de los costos de producción; afectando a los precios y abastecimiento de maquinarias e insumos agrícolas. Los ataques a nuestro aparato productivo comienzan por la actividad primaria de la economía, cabalgando sobre el principio capitalista de maximizar ganancias sin importar la sustentabilidad de los sistemas agrícolas e industriales.
De manera inconsciente un sector de la producción primaria, históricamente comprometidos con la acumulación, ha estado participando y avalando la Guerra Económica, participando en el círculo vicioso de limitar producción de algunos rubros que no generaban “ganancias suficientes”. Han convertido a sus propios agremiados en víctimas de la Guerra Económica, viéndose afectados por reglas poco claras de la mano invisible del mercado mercenario.
El Presidente Nicolás Maduro, sin perder el rumbo, ha tendido la mano al sector privado productivo. Sólo una alianza, en base a los principios de las Constitución y las Leyes, con la Revolución Bolivariana, será el camino de su crecimiento sostenido, como ya lo demostró el propio Chávez. La organización popular y la propiedad social seguirán avanzando, garantizando lo que el sector privado no esté en capacidad de producir, al mismo tiempo deberá prepararse para la ofensiva socialista en todos los campos de la economía, especialmente en la agroalimentaria.
Con esta reflexión queremos desearles a todas y todos unas felices pascuas y que, en el año 2017 cultivemos la sabiduría y la conciencia necesaria para seguir alcanzando victorias, que nos permitan transitar el camino de hacer de Venezuela la Patria Socialista que nos encomendó el Comandante Chávez.
DesdeLaPlaza.com/Yván Gil