Un efectivo policial asesinó de un disparo a Anthony “Tony” Robinson, un joven afrodescendiente en Madison, Wisconsin. El funcionario acusó al chico como un presunto «atacante» pero resulta que éste no portaba ningún tipo de armamento.
El hecho ocurrió en un contexto en el que la policía de EEUU es cuestionada por sus actos de discriminación racial y abuso de poder.
El jefe de la Policía, Mike Koval, reveló que el oficial acudió al sitio donde aconteció este suceso por una denuncia y, que había forzado su entrada a un departamento al escuchar ruidos de peleas en el interior.
«Una vez dentro, el sujeto involucrado en el incidente -el mismo que supuestamente había tenido una pelea callejera en la que habría abatido a otra persona-, atacó a mi oficial, y en el fragor del combate el agente sacó su arma y disparó contra el sujeto», argumentó Koval.
A raíz de este asesinato se desencadenaron protestas en la ciudad universitaria del medio oeste, y las agencias informativas locales notificaron de una sólida presencia policial.
Es primordial exaltar, que recientemente se han perpetrado manifestaciones en Los Ángeles y el estado de Washington por homicidios policiales de hombres desarmados, en su mayoría afrodescendientes.
DesdeLaPlaza.com/VTV/KC