Este viernes el papa Francisco visitó campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau en Polonia, donde fueron exterminadas más de un millón de personas, en su mayoría judíos.
Una hora y media duró el recorrido del sumo pontífice por el campo en completo silencio. Además se reunió con diez supervivientes y un grupo reconocido como «los justos entre las naciones», quienes arriesgaron su vida para ocultar y proteger a judíos.
Casi mil personas pudieron presenciar como el Papa caminó frente a las lápidas de mármol con inscripciones en los 23 idiomas de los prisioneros, oró sentado frente a la celda de el sacerdote polaco Maximiliano Kolbe dio su vida por salvar a un padre de familia.
Tras besar y tocar con la mano uno de los postes destinados a los fusilamientos, el Papa ha encendido una lámpara de aceite frente al muro en el que ocurrieron las ejecuciones durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Las únicas palabras públicas del sumo pontífice han sido las que ha escrito en el libro de Honor: «Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor, perdón por tanta crueldad».
Esta es la tercera visita de un Papa al campo de concentración. El primero fue el polaco Karol Wojtyla (Juan Pablo II) en 1979 y Benedicto XVI lo recorrió en 2006.
DesdeLaPlaza.com/EFE/KM