Los obispos de San Cristóbal y Cúcuta, Monseñor Mario Moronta y Monseñor Víctor Manuel Ochoa se reunieron este viernes en el Puente Internacional Simón Bolívar, que conecta a San Antonio del Táchira con Cúcuta, para abogar por un diálogo entre ambas naciones y así solventar la crisis fronteriza.
Monseñor Ochoa señaló que “existe un sufrimiento por parte de los colombianos deportados”, razón por la que la Iglesia se ha comprometido a ayudarlos. Indicó que el Gobierno de Juan Manuel Santos dispuso diez refugios para atender a estos ciudadanos.
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“La información que manejamos es que existen más de 1050 deportados, y entre 5 y 6 mil personas que abandonaron Venezuela por temor”, dijo.
Agregó que para solventar la situación fronteriza es necesario que ambos gobiernos dialoguen. “Entendemos el sufrimiento de los colombianos, pero también el de los venezolano que viven en la frontera”.
Destacó que la prioridad para el estado colombiano es resolver casos de separación de familias que ante deportaciones quedaron divididas entre ambos territorios.
Por su parte, Monseñor Moronta destacó que el cierre de la frontera es un conflicto que perjudica a todos los que habitan en la zona, por lo que criticó que el resto de la población venezolana no se inquiete ante esta situación.
Rechazó que se establezcan barreras “entre una frontera viva y que no debe tener distinciones entre todos los que en ella habitan”.
Ambos obispos pidieron una pronta solución y esperan una reapertura rápida del paso.
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