El pasado martes, el Presidente Obama de los EEUU advirtió al presidete Vladimir Putin, de la «ilegalidad» de las acciones emprendidas por Rusia en la península autónoma de Crimea así como en el este y sur de Ucrania.
«Creo que todo el mundo reconoce que, aunque Rusia tiene intereses legítimos en lo que ocurre en un Estado vecino, eso no le da derecho a utilizar la fuerza como medio para ejercer su influencia«, argumentó Obama.
Las declaraciones se dan en el marco de una fuerte confrontación interna en el país eslavo, entre grupos ultranacionalistas ucranianos, propensos a un acercamiento con la Unión Europea y Estados Unidos, y grupos minoritarios de ascendencia Rusa y Tártara, con vínculos históricos y étnicos que los ligan a Moscú.
Para Obama, la intervención en Crimea no debe ser vista como «un signo de fortaleza» por parte de Rusia, sino que, más bien al contrario, puede llevar a muchos países a «alejarse» de Moscú.
Estados Unidos anunció hoy una ayuda económica para Ucrania con un subsidio de alrededor de 1.000 millones de dólares para energía, al tiempo que el secretario de Estado, John Kerry, iniciaba su visita a Kiev, capital de Ucrania.
Además de estas declaraciones, el Gobierno de Obama anunció ayer la suspensión de toda cooperación militar con Rusia por su intervención en Crimea, lo que incluye encuentros bilaterales, maniobras conjuntas, conferencias previstas y visitas de carácter diplomático.
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