Michelle Bachelet, actual presidenta de Chile, firmó este lunes el proyecto para una nueva reforma educativa, calificado por ella misma como el más importante para el país en los últimos 50 años. La finalidad de esta reforma es eliminar la mercantilización de la educación y darle una mejor calidad a los estudiantes, que se han mantenido en continuas protestas.
Bachellet informó que «hemos estado cumpliendo con lo que nos comprometimos ante Chile, iniciar un proceso que permita asegurar la calidad, gratuidad y acceso a la educación». Añadió que esto es solo el inicio de la dignificación de la educación.
Se pretende que el Congreso chileno inicie este martes la discusión de dicha reforma educativa que intenta devolverle la educación gratuita al país, proyecto núcleo de la campaña política que puso a Bachellet en la presidencia nuevamente.
Este proyecto tiene más de 25 hojas e incluye entre sus objetivos dar «fin al lucro, a la discriminación; establecer la gratuidad escolar y crear una nueva institucionalidad de educación parvularia».
Este gran paso plantea dejar atrás el financiamiento compartido, a través del congelamiento de la cantidad de dinero que cobran los colegios («copago») a los padres para ser remplazados por un subsidio estatal.
Con base en esto, las instituciones educativas que sean subsidiados por el estado no podrán tener fin de lucro, razón por la cual es necesaria la modificación de la Ley General de Educación vigente, para permitir la obtención de utilidades por la actividad escolar.
Estos institutos tendrán un plazo de dos años para convertir su estado societario y así poder pedirle al Estado que éste compre los inmuebles donde funcionan.
Sin embargo, al Estado le corresponde un plazo de 12 años para pagar las edificaciones, pero descontando del precio la inversión realizada en la infraestructura.
Además, el proyecto dispone de la creación de un organismo estatal para comprar colegios a aquellos que deseen renunciar a la actividad, para así evitar el cierre de instituciones y la caída de la matrícula.
También la reforma intenta eliminar la posibilidad que tienen los colegios de seleccionar, mediante pruebas, al alumnado que puede ingresar, y así poner en manos de los representantes la elección de las instituciones de su preferencia.
Las normas educativas en Chile son las mismas implantadas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y han sido rechazadas durante años por el pueblo.
Esta reforma es una de las promesas principales planteadas por la presidenta Bachellet al momento de realizar su campaña política. Este es el segundo mandato presidencial de Bachellet, cinco años después de culminar el primero, período marcado por inmensas movilizaciones estudiantiles durante los últimos años.
Desde La Plaza/ La Radio del Sur/ KH