El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela motivado al golpe de Estado parlamentario ejecutado por el senado brasileño a la presidenta constitucional Dilma Rouseff, ha decidido romper relaciones políticas y diplomáticas con la República Federativa de Brasil.
El gobierno nacional ha tomado la decisión definitiva de retirar a su embajador venezolano en Brasil, Alberto Efraín Castellar Padilla, congelando todo tipo de relaciones con el gobierno surgido de este golpe parlamentario en el país suramericano.
A continuación el comunicado integro de la cancillería venezolana
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA
RELACIONES EXTERIORES
COMUNICADO
La República Bolivariana de Venezuela condena categóricamente el golpe de Estado parlamentario consumado en Brasil contra la Presidenta Dilma Rousseff, mediante el cual peligrosamente se ha sustituido ilegítimamente la voluntad popular de 54 millones de brasileños, violentando la Constitución y alterando la democracia en este hermano país.
Las oligarquías políticas y empresariales, que en alianza con factores imperiales consumaron el Golpe de Estado contra la Presidenta Dilma Rousseff, recurrieron a artimañas antijurídicas bajo el formato de crimen sin responsabilidad para acceder al poder por la única vía que les es posible: el fraude y la inmoralidad.
La República Bolivariana de Venezuela expresa su solidaridad con la Presidenta Dilma Rousseff, y con los millones de mujeres y hombres que mediante el voto directo y secreto eligieron a la Presidenta. Se ha ejecutado una traición histórica contra el pueblo de Brasil, y un atentado contra la integridad de la mandataria más honesta en ejercicio de la presidencia en la República Federativa de Brasil.
Este golpe de Estado parlamentario forma parte de la embestida oligárquica e imperial contra los procesos populares, progresistas, nacionalistas y de izquierda, cuyo único fin es restaurar los modelos neoliberales de exclusión social y expoliación de nuestras riquezas naturales que trajeron consigo pobreza y atraso para nuestros pueblos, y acabar así con los modelos de genuina democracia y de integración unitaria de la Región alcanzados por los Presidentes Hugo Chávez, Néstor Kirchner, Lula Da Silva, Evo Morales, Tabaré Vázquez y Rafael Correa.
El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, en resguardo de la legalidad internacional y solidaria con el pueblo de Brasil, ha decidido retirar definitivamente a su Embajador en la República Federativa de Brasil, y congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno surgido de este golpe parlamentario. De igual forma, iniciaremos un conjunto de consultas para apoyar al pueblo de esta hermana Nación, que ha visto vulnerado su sistema democrático y desesperanzado en sus conquistas socioeconómicas.
Caracas, 31 de agosto de 2016
Latinoamericana y el caribe
Varios han sido los presidentes, gobiernos y lideres latinoamericanos y caribeños que se pronunciaron luego del golpe de estado parlamentario ejecutado por el senado brasileño a la presidenta constitucional Dilma Rouseff.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, a través de sus cuentas de red social twitter y Facebook condenó el hecho y se solidarizó con la expresidenta de Brasil.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, a través de su cuenta de red social twitter condenó el golpe de Estado y manifestó su apoyo a Dilma Rouseff y al pueblo brasileño.
El consejo de Estado de la República de Cuba, también emitió un comunicado rechazando el golpe parlamentario en Brasil
A continuación el texto integro
El Gobierno Revolucionario de la República de Cuba rechaza enérgicamente el golpe de estado parlamentario-judicial que se ha consumado contra la Presidenta Dilma Rousseff.
La separación del gobierno de la Presidenta, sin que se presentara ninguna evidencia de delitos de corrupción ni crímenes de responsabilidad, y con ella del Partido de los Trabajadores (PT) y otras fuerzas políticas de izquierda aliadas, constituye un acto de desacato a la voluntad soberana del pueblo que la eligió.
Durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff, se impulsó un modelo económico-social que permitió a Brasil dar un salto en su crecimiento productivo con inclusión social, la defensa de sus recursos naturales, la generación de empleo, el combate a la pobreza, la salida de la miseria de más de 35 millones de brasileños que vivían en condiciones inhumanas y la elevación del ingreso de otros 40 millones, la ampliación de las oportunidades en la educación y la salud del pueblo, incluidos sectores hasta entonces marginados.
En este período, Brasil ha sido un activo impulsor de la integración latinoamericana y caribeña. La derrota del Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), la convocatoria a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC) que llevó a la posterior creación de la CELAC, y la constitución de UNASUR, son acontecimientos trascendentales en la historia más reciente de la región que demuestran el protagonismo de ese país.
Asimismo, su proyección hacia las naciones del Tercer Mundo, en especial de África; su activa membrecía en el Grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y su desempeño en el marco de la Organización de las Naciones Unidas, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial del Comercio, entre otras, consti-tuyen un reconocimiento a su liderazgo internacional.
Merece elogio también la ejecutoria brasileña bajo los gobiernos del PT en temas cruciales de la situación internacional en defensa de la paz, el desarrollo, el medio ambiente y los programas contra el hambre.
Son ampliamente conocidos los esfuerzos de Lula y Dilma por reformar el sistema político y ordenar el financiamiento de los partidos y sus campañas, así como en el apoyo a las investigaciones contra la corrupción que fueron abiertas y a la independencia de las instituciones encargadas de ellas.
Las fuerzas que ahora ejercen el poder han anunciado medidas privatizadoras sobre las reservas petrolíferas en aguas profundas y cortes a los programas sociales. Igualmente, enuncian una política exterior que privilegia las relaciones con los grandes centros de poder internacionales. No pocos de quienes juzgan a la Presidenta están bajo investigación por actos de corrupción.
Lo ocurrido en Brasil es otra expresión de la ofensiva del imperialismo y la oligarquía contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina y el Caribe, que amenaza la paz y la estabilidad de las naciones, contraviniendo el espíritu y la letra de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en la II Cumbre de la CELAC, en enero de 2014, en La Habana por los Jefes de Estado y de Gobierno de la región.
Cuba ratifica su solidaridad con la Presidenta Dilma y el compañero Lula, con el Partido de los Trabajadores, y expresa su confianza en que el pueblo brasileño defenderá las conquistas sociales alcanzadas, se opondrá con determinación a las políticas neoliberales que intenten imponerle y al despojo de sus recursos naturales.
La Habana, 31 de agosto de 2016.
La expresidenta de Argentina, Cristina Kichner, también rechazó a través de sus cuentas de red social twitter y Facebook el golpe de estado en contra de Rouseff.
La expresidenta de Brasil Dilma Rouseff minutos después de ser destituida como presidenta de la República Federativa de Brasil, publicó en su cuenta Twitter un mensaje que reza «Es el segundo golpe que enfrentamos en la vida».
DesdeLaPlaza.com/agencias/Rubén Scorche