Chavela tenía 20 años cuando quedó embarazada. Trabajaba de “doméstica” en casa de un doctor que pasaba los días echándole piropos y calentándole la oreja (como dicen los viejos).
Un día de febrero, casi marzo, echó de menos la regla. Ella que desde la adolescencia había sido un reloj con la menstruación. Optó por contárselo al Don de la casa que, por guardar las apariencias de un buen matrimonio la echó de la casa acusándola de robo… así la “señora” quedó satisfecha y también los vecinos.
Sin empleo, sin dinero y con una barriga a cuestas, Chavela volvía al rancho de su mamá que, después de armarle un peo, la abrazó y le dio una cama.
Pasó su embarazo sembrando en el patio para ayudar con la comida y lavando ropa, porque nunca le gustó eso de estar sin hacer nada. Cuando una vecina le preguntó si tenía algún “control” de la panza, se extraño: ¿Qué es eso?, dijo.
El día que por fin fue al hospital, había ido porque le dolía la barriga y creyó que eran los frijoles de la cena anterior. No supo que rompió fuente, tampoco que eran contracciones, nadie se lo dijo.
En la emergencia de hospital de Ciudad Ojeda, “Pedro García Clara” la revisaron y cuando estaba a punto de meterla a sala de partos le hicieron la pregunta de rigor:
-¿Y tu bolsa?
-¿Qué bolsa? ¡Miarma!
Por esos días de Lusinchi, en los hospitales había gente, pero ni una jeringa. Si te fracturabas: debías llevar el yeso. Lo mismo que jeringas, vías, gasas y adhesivos.
Su mamá salió del hospital llegó a la farmacia más cercana. Llegó al mostrador y según le indicaron, pidió un “kit de parto”. Una bolsa donde había desde una aguja e hilo de sutura, hasta el traje de médico para el quirófano.
De vuelta a la emergencia, una enfermera, con un marcador le escribió a la bolsa: CHAVELA…
Volvió a casa con su hijo recién parido. Si algo sobró de la bolsa, jamás lo supo… ella cree que se lo quedó la enfermera, porque una vecina le dijo que ellas, las enfermeras, se rebuscaban armando “kits” con las sobras, para vendérselos a otras parturientas a menos costo que la farmacia…
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Privatizando la salud
Jaime Lusinchi (1) dio, abiertamente, los primeros pasos en el camino de las privatizaciones que luego concluiría Carlos Andrés Pérez.
Abrio las puertas de la red de hospitales públicos del país a una serie de fundaciones que, en la practica, cobraban los servicios a los pacientes.
En su mayoría, esas fundaciones estaban en manos de la Federación Médica de Venezuela.
La mecánica era la siguiente:
1.- Si usted iba al hospital a realizarse un exámen de sangre, en el Laboratorio le indicaban que ANTES debía pasar por la fundación.
2.- En teoría, la fundación le solicitaba al paciente una colaboración, para contribuir con las finanzas del hospital.
3.- En la práctica, el paciente pagaba el servicio que solicitaba en el hospital.
4.- La fundación, además, cobraba a los pacientes, por los insumos que el Estado enviaba a cada centro de salud.
5.- Si se trataba de una operación, se decía que la fundación cubría los honorario de los médicos. Entonces los médicos que tenían su consultorio privado, también el salario del Estado y aparte cobraban por la fundación, del dinero que les quitaban a los pacientes.
6.- En dos platos: un negocio redondo.
Las fundaciones aparecen en medio del colapso de los hospitales públicos. Colapso generado por el abandono en la red primaria de atención de salud. Los ambulatorios eran inoperantes y los hospitales se abarrotaban de gente.
Red pública
Según un informe este texto (2), en Venezuela 302 hospitales dependen del Estado (MinSalud, Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), Ministerio de la Defensa, Pdvsa, otros), con un total de 45.000 camas en el ámbito nacional, de las cuales, según la publicación, solo están operativas 24.000.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa de 30 camas por cada 10.000 habitantes, es el promedio para América Latina. En países desarrollados se considera superior a 40 camas por cada 10.000 habitantes.
En Venezuela, cifras tomadas de la Memoria del Ministerio de Poder popular para la Salud 2010 – 2011, hablan de 10,85 camas por cada 10.000 habitantes (3).
A estas cifras no se suman los alcances de la Misión Barrio Adentro.
Barrio Adentro
Finalizando el año 2003, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías presenta la Misión Barrio Adentro.
Y para cumplir con esta tarea se establece que “La Comisión Presidencial Misión Barrio Adentro tendrá como objetivo la implementación y coordinación institucional del Programa Integral de prestación de Atención Primaria de Salud, estimulación e implementación de expresiones de la economía social y transformación de las condiciones sociales, económicas y ambientales de las comunidades bajo un nuevo modelo de gestión basado en principios de interdependencia, coordinación, corresponsabilidad, cooperación y de participación activa y protagónica de las comunidades organizadas”
Apoyado en un convenio de cooperación con el gobierno cubano. Se trasladan a Venezuela un contingente de especialistas médicos de la isla que, de inmediato, se fueron a a tender al pueblo en los rincones más alejados de la república, a donde jamás habían llegado los programas de asistencia en materia de salud.
A pesar de las agresiones que han sufrido los médicos cubanos por parte de la oposición política, la Misión Barrio Adentro, reestableció el sistema de atención primaria y ha atendido (desde su creación) 780.353.000 consultas, y ha salvado mas 1.700.000 vidas.
La atención es totalmente gratuita.
Puede sumarse a esta tarea, que la Misión Milagro se han realizado más de 1.921.912 intervenciones de vista, atendiendo distintas enfermedades visuales de venezolanos y extranjeros.
Gracias a que en los últimos 13 años, el aumento de la inversión social alcanzó la cifra de 62,5% del total del ingreso público.
DesdeLaPlaza / Ernesto J. Navarro
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1.-Jaime Lusinchi fue un médico pediatra y dirigente político del partido Acción Democrática. Presidente de Venezuela durante el período constitucional 1984-1989 .
2.-Diario El Nacional. Publicación abiertamente opositora al gobierno bolivariano. Publica datos en:
http://www.el-nacional.com/opinion/Salud-crisis-hospitalaria-marco-inicio_0_550745061.html.
3.-Las camas hospitalarias se utilizan para indicar la disponibilidad de servicios hospitalarios. No hay una norma general a escala mundial para evaluar la densidad de las camas hospitalarias en relación con el total de la población. En general, las estadísticas sobre la densidad de las camas hospitalarias proceden de registros administrativos sistemáticos, aunque en algunos entornos sólo se incluyen las camas del sector público.