Hace unos días los partidos de la alianza adeco-copeyana y sus derivados informaron la estrategia para acabar con la Revolución Bolivariana, los niveles de desarticulación y las fricciones producto de las aspiraciones presidenciales de muchos de sus dirigentes los llevaron a optar por todas las opciones que estaban en la mesa. Como no pudieron ponerse de acuerdo, plantearon que «el acuerdo» era activar la Enmienda Constitucional (propuesta por la Causa R) al mismo tiempo convocar un Referéndum Revocatorio (impulsado por Primero Justicia) y la tomar las calles para exigir la renuncia del Presidente (propuesto por Voluntad Popular).
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Paralelamente las tensiones a lo interno de la oposición se han venido caldeando por las aspiraciones de sus dirigentes para las Gobernaciones.
Llama la atención que su discurso lo han personalizado en la figura del Presidente Nicolás Maduro Moros, ellos no reconocen que haber logrado la mayoría circunstancial de la Asamblea Nacional los hace corresponsables en la solución de los problemas del país, e incluso han tenido la desfachatez de negar que habían prometido que el 06 de Diciembre de 2015 se hacía la última cola.
Ya han transcurrido 3 meses desde aquella jornada, y pese a los esfuerzos que viene emprendiendo el Gobierno Bolivariano para buscar soluciones estructurales a los problemas económicos, el Poder Legislativo se ha hecho de la vista gorda, y han llenado la agenda de leyes que responden a compromisos adquiridos con sus financistas y no a los anhelos del pueblo.
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Una vez más la derecha pretende acabar con la esperanza del pueblo, por la vía que sea, para intentar restituirle el poder a los grandes cacaos, poniéndose de espalda a las grandes mayorías, sigue la oposición perdida en su laberinto.
DesdeLaPlaza.com / Heryck Rangel