Para la sociedad estadounidense fueron héroes. Consiguieron eliminar al enemigo número uno de su nación: Osama Bin Laden. Eran 25 y formaban parte de los Navy SEALs, la unidad de élite del Ejército de EEUU. Pero como si de una maldición se tratase, cuatro años después de la llamada «Operación Gerónimo», sólo dos de esos soldados están vivos.
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La última muerte fue la del marine Brett D. Shadle el 28 de marzo de 2013, quien perdió la vida mientras realizaba maniobras de paracaidismo nocturno cerca de la localidad de Marana, en el estado de Arizona, según publica el diario italiano Corriere della Sera.
Una muerte en la que, aparentemente, nada tuvieron que ver los vengadores de Bin Laden, quienes sí fueron los responsables del asesinato de los otros 22 Navy SEALs fallecidos. Fue el 6 de agosto de 2011, cuando insurgentes talibanes atacaron el helicóptero en el que viajaban 31 soldados estadounidenses, 22 de ellos miembros del cuerpo de élite que acabó con el líder de Al Qaeda.
El aparato, un helicóptero pesado Chinook, se estrelló en el transcurso de una operación durante la madrugada del 6 de agosto de 2011 en la provincia de Wardack (Afganistán). Además de los soldados de EEUU, murieron siete soldados del Ejército afgano y un traductor.
El Gobierno estadounidense nunca confirmó ni desmintió que en el helicóptero viajara casi al completo el equipo que acabó con Bin Laden.
Información secreta
Otros misterios envuelven a la «Operación Gerónimo». La película La noche más oscura (Zero Dark Thirty), en la que se revelan algunos de los detalles de la misión, levantó ampollas en el Pentágono.
El entonces presidente de la Comisión de Seguridad Interna de la Cámara de Representantes, el republicano Peter King, se mostró preocupado por la posibilidad de que la directora del filme, Kathryn Bigelow y su colaborador Mark Bhoal, que se reunieron con altos funcionarios de Defensa, hubieran tenido acceso a información clasificada.
De hecho, tres importantes senadores estadounidenses escribieron al director interino de la CIA, Michael Morrel, para que facilite al Congreso los detalles de su cooperación con la cineasta Bigelow.
Hasta el estreno de la película, se desconocía la tecnología empleada para la captura del jefe de Al Qaeda, así como otros datos relaciones con su asesinato. Buena parte de la información quedó en secreto. Además, en el largometraje se muestran las supuestas torturas cometidas por agentes de la CIA para conseguir información sobre el paradero de Bin Laden.
El soldado sin pensión del Pentágono
En febrero de 2013 saltó otro escándalo relacionado con la misión. Uno de los marines que participó en la operación, el que disparó al terrorista en el ojo izquierdo y acabó con su vida, acusó al Pentágono de «maltratar a los veteranos». Este soldado de las fuerzas especiales, que dejó el Ejército en septiembre de 2012, aseguró que después de 16 años sirviendo al país, el Pentágono no le cubría ningún seguro médico ni se hacía cargo de su pensión.
En una entrevista concedida a Esquire, señaló que el Gobierno sólo ofrece un seguro médico durante 180 días para quien deja el Pentágono y sólo si acepta mantenerse como reservista.
DesdeLaPlaza.com/Huffington Post/AMB