La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, manifestó su inconformidad con la operación contra el exmandatario Luiz Inacio Lula Da Silva aplicada por la Policía de Federal, al momento de trasladarlo para que ofreciera sus declaraciones sobre el caso de Petrobras.
En rueda de prensa, la Jefa de esta nación expresó su «integral disconformidad con el hecho de que un expresidente de la República que, por varias veces, compareció voluntariamente sea ahora sometido a una innecesaria conducción coercitiva para prestar declaración”.
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Rousseff indicó que el respeto a los derechos individuales pasa por la adopción de medidas proporcionales que jamás deriven en providencias más severas de lo necesario para aclarar los hechos.
El cumplimiento de la Constitución es la única vía segura -recuerda Rousseff- para el ejercicio de las funciones públicas y el respeto a los derechos individuales. Asimismo llamó a todos los servidores, con independencia del Poder a tener un profundo sentido de la responsabilidad en el cumplimiento de sus competencias.
La mandataria advirtió que las filtraciones ilegales y los prejuicios antes del ejercicio de la defensa «no contribuyen a la búsqueda de la verdad, sino que sólo sirven para avivar la intolerancia y la retórica antidemocrática».
Este viernes Da Silva fue sacado de su residencia por la Policía Federal, que lo llevó a una comisaría, donde fue interrogado durante tres horas, en el comienzo de una nueva fase de las investigaciones relacionadas a los supuestos actos de corrupción en Petrobras.
DesdeLaPlaza.com/Agencias/LDJ