La economía mundial quedó sacudida esta semana con la devaluación de la moneda china por dos días consecutivos, lo que supone un duro golpe para el interés de los activos de riesgo mundiales, una mayor competitividad para las exportaciones de ese país, y sobre todo, un miedo a que otros bancos centrales devalúen sus monedas con el mismo objetivo.
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Pese a que el banco central anunciara que la devaluación era parte de una reforma hacia el libre mercado, los expertos sospechan que podría tratarse del inicio de un decrecimiento de los tipos de interés a largo plazo, con el objetivo de hacer las debilitadas exportaciones chinas -que crecen a un ritmo muy lento en los últimos seis años- más competitivas.
La devaluación del yuan hace más baratos los productos chinos, lo que se espera que permita una recuperación de las ventas al exterior que suavizaría los efectos de la ralentización por la que atraviesa la economía china, que en el primer semestre creció un 7 % y va camino de registrar su expansión más débil en 25 años.
Un yuan débil podría dañar la competitividad de las empresas fuera de China al hacer sus productos relativamente más caros, mientras que las empresas que generan ventas dentro del país verían caer sus beneficios en la moneda de su país.
Se espera que desde los fabricantes de automóviles alemanes hasta los productores de bienes de lujo las empresas se vean sometidas a presión al tiempo que algunas firmas occidentales ya han anunciado caídas en sus ventas en China.
Apple también podría estar en riesgo, pues China se ha convertido en su principal fuente de ingresos. Este país representa 13.2 mil millones de dólares de los 49.6 mil millones de dólares de ventas del iPhone.
Sin embargo, en casa podría haber problemas, pues el precio de estos productos importados aumentará su valor y los chinos tendrán menos ingresos para comprarlos. Además, las empresas establecidas en la nación probablemente deberán aumentar el salario de sus trabajadores, lo que también implica un riesgo a las futuras exportaciones.
Peligro para el mundo
Desde hace ya bastante tiempo Estados Unidos se queja de que la moneda China se coloca por debajo de su precio real para favorecer las exportaciones chinas (haciéndolas más baratas), que son fundamentales para la economía de la potencia asiática. El valor de la caída del yuan frente al dólar va a presionar a Estados Unidos, que quiere que el yuan suba, según indican economistas.
La caída del yuan ya ha hecho caer la cotización de otras monedas de los países emergentes de Asia, de tal forma que la rupia de Indonesia y el ringgit de Malasia han alcanzado su nivel mínimo de 17 años, y el dólar de Australia y el de Nueva Zelanda se han reducido al nivel mínimo de seis años, informa Reuters.
Después de esta decisión, la mayoría de las monedas latinoamericanas caían en la mañana del martes, pero se espera que el efecto en el corto plazo sea limitado.
En un informe, Capital Economics sostuvo que “La decisión del Banco Popular de China, de reducir la tasa de referencia diaria del renminbi (como también se conoce al yuan chino) generó muchos titulares sobre un derrame a otros mercados emergentes. Sin embargo, creemos que probablemente sean limitados”.
Por último, Capital Economics advirtió que no espera devaluaciones adicionales en China a futuro.
DesdeLaPlaza.com/EFE/ElMundo/NCH