Con un clic miles de personas alrededor del mundo vieron el momento en que Vester Lee Flanagan (41) accionaba el arma con la que asesinó a la reportera Alison Parker (24) y a su camarógrafo, Adam Ward (27) años e hirió a una entrevistada. El autor colgó la imagen escabrosa por Twitter y anunció en Facebook los motivos de su crimen: comentarios racistas de sus colegas por ser afroamericano y homosexual. Ocho disparos cegaron su venganza.
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Los jóvenes periodistas asesinados fueron compañeros de trabajo del pistolero, quien laboró en la emisora de noticias WDBJ de CBS (Virginia-EEUU). Su nombre en Twitter es Bryce Williams y desde allí se quejaba del supuesto “buylling laboral” que le aplicaron los occisos. Tras perpetrar el ataque colgó el video e invitó a verlo, en un acto de narcisismo grotesco. Ya los administradores de las redes lo borraron por respeto a las victimas.
No es la primera vez que algún pistolero confiesa sus intenciones en las redes sociales, demostrando así que ellos quieren ser la noticia, llamar la atención y socializar el crimen. Este tipo de situaciones se ha llamado la noticia-espectáculo, en tiempos en los que las redes sociales también han servido para que las personas con algún trastorno psicológico exhiban terribles actos.
11 millones de muertes al año
Por otra parte, este nuevo caso vuelve a posicionar el debate: la tenencia de armas en la unión americana que se cobra 11 mil muertes al año. Si bien algunos están a favor de medidas restrictivas, lo cierto es que no existe una prohibición legal sobre la posesión de armas de asalto o pistolas automáticas. Es más, muchos legisladores y ciudadanos se enorgullecen de esto por ser un signo de libertad que lo consagra su Constitución.
Aunque sea contradictorio, según sondeos de opinión de Gallup en 2013, el estadounidense promedio ha bajado su nivel de apoyo a posibles leyes contra las armas, toda vez que aumentan los crímenes, esto para mantener su derecho a la defensa individual. Ha sido una sociedad formada bajo esta mentalidad.
Cuando en 2012, el entonces candidato a la reelección presidencial Obama planteó revisar la segunda enmienda constitucional para regular la tenencia de las mismas, pues cada vez se veía con mayor horror los asesinatos en escuelas, a manos de adolescentes armados, se encontró con la resistencia del partido republicano, los congresistas y los propios demócratas no quisieron insistir sobre el asunto por el costo electoral. Y se enfrentó la protesta de la Asociación Nacional del Rifle, que en EEUU tiene un elevado lobby político. Tres años más tarde, no hay cambios.
El máximo jefe de la Casa Blanca lo sentenció con frustración: “como país hemos pasado por esto muchas veces” dijo Obama.
Hay una escena cinematográfica que ilustra bien este asunto y que realizó el documentalista Michael Moore, con su documental Bowling for Columbine, en el mismo describe la facilidad como se adquiere un arma en su natal Michigan. El propio director va a una agencia bancaria que tiene como promoción que con la apertura de una cuenta le obsequian un arma. Sorprendido por la oferta pregunta los requisitos adicionales y sólo debe firmar una planilla donde declare que no tiene problemas mentales. Y sale del lugar con la pistola. (Ver enlace a la película:
Sin duda, que muchos se preguntan por qué ocurren estos asesinatos con tanta similitud.
Algunos estudios de la psicología social afirman que la industria del entretenimiento ha tenido mucho que ver en la difusión y hasta exaltación de estos pistoleros. Bastaría con ver un día de programación en las cableras para evidenciar cuántas películas, series, videos tratan la historia de sicarios, asesinos a sueldos, homicidas en serie. De hecho, en este último caso de Flanagan, él mismo dice en un comunicado, que también circuló por las redes, que estuvo inspirado por estos films. Esto evidencia que hay balas que pasan de la ficción a la realidad.
Con la lupa en 2015
9 de abril
Un pistolero le dispara a un oficial de seguridad, en la oficina del Censo en Suitland (Maryland). Motivo: trastorno de conducta.
4 de mayo
Tiroteo por un evento sobre caricaturas de Mahoma en Garland (Texas) deja dos muertos. Motivos: religiosos.
14 de junio
James Ray Boulware accionó su arma contra una comisaría de Dallas. Fue abatido. Motivo: problemas económicos.
18 de junio
Dylann Roof tirotéo una iglesia en Charleston (Carolina del Sur). Saldo de ocho víctimas afroamericanos. Motivos raciales.
16 de julio
Muhammad Youssef Abdulazeez disparó contra cuatro infantes de marina en Chattanooga (Tennessee). Discriminación religiosa.
26 de agosto
Vester Lee Flanagan asesina en vivo a sus colegas periodistas en Virginia. Las víctimas: Alison Parker y Adam Ward. Bullying laboral.
1 de octubre
Chris Harper Mercer de 26 años entró a una clase de escritura en una universidad comunitaria en la localidad de Oregon – Estados Unidos y abrió fuego. 10 personas murieron y 20 resultaron heridas.
Presión para legislar
Este jueves se pudo conocer que tras asesinato de una periodista y su camarógrafo en Virginia, la Casa Blanca pidió al Congreso que legisle sobre la venta y utilización de armas de fuego.
El portavoz del gobierno, Josh Earnest, deploró el «trágico ataque» y dijo que el Congreso debe tomar medidas de «sentido común» para evitar este tipo de dramas «muy frecuentes» en Estados Unidos.
Tras cada tiroteo, el presidente estadounidense Barack Obama ha expresado su frustración por la falta de avances en el control de armas de fuego en Estados Unidos.
«Aunque ninguna pondrá fin a la violencia en este país, hay medidas de sentido común que sólo el Congreso puede adoptar y que sabemos que tendrán un impacto tangible», señaló el portavoz. «El presidente sigue pensando que eso es lo que (los legisladores del Congreso) tienen que hacer», añadió.
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