El próximo 10 de abril, Perú estará de fiesta. Sin embargo, no se trata de una fiesta común. Ese día se celebrarán las elecciones para escoger al próximo presidente de la nación inca, las cuales están marcadas por un reñido debate entre el gobierno de turno presidido por Ollanta Humala y su principal adversaria política, Keiko Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori.
No obstante, existe un personaje que ha comenzado a despertar un renovado interés de los medios de comunicación en el espectro político peruano ya que, según las encuestas, en tan sólo 2 meses su candidatura se ha elevado de 2% a 18% de apoyo popular otorgándole un privilegiado segundo lugar que lo situaría como una opción clara entre la administración saliente y la oposición fujimorista. Su nombre: Julio Guzmán.
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Perfil público y político. El comienzo de su carrera
Guzmán es economista, es doctor en políticas públicas de la Universidad de Maryland, con una maestría en Políticas Públicas de la universidad de Georgetown. Realizó estudios de postgrado en la universidad de Oxford, y estuvo durante 10 años como economista de integración y comercio del Banco Interamericano de Desarrollo.
Sus inicios políticos se remontan al año 2011, cuando fuera viceministro de PYME e Industria del gobierno de Humala, y posteriormente, en 2013, secretario general de la Presidencia del Consejo de Ministros del Perú. Sin embargo, no es hasta 2014 que se produce el gran cisma entre la administración actual y su persona, algo que según sus propias palabras ocurrió “porque estaba cansado de quejarse”. Fue en ese preciso momento cuando Guzmán decidió plantearse seriamente su candidatura a las elecciones generales de Perú en 2016.
Todo esto comenzó, como ha señalado Guzmán, como un pequeño proyecto nacido de una iniciativa individual y que en la actualidad llega a 15 regiones, 20 provincias y una gran organización con sede en Lima, donde existe una formación de cuadros técnicos de más de 380 funcionarios. Este hecho llamó significativamente la atención del partido de centro, Todos por el Perú, el cual ha postulado a Guzmán Cáceres como su nuevo candidato para las próximas elecciones.
El entusiasmo: ¿La raíz de las ideas de Guzmán?
Cuando se le suele preguntar al candidato cuál ha sido la fórmula exitosa que ha impulsado su carrera política en apenas dos meses, contrario a las extensas respuestas que suele dar siempre, responde con una palabra clave que define su movimiento: el entusiasmo.
Y es que no son pocas las ocasiones en las cuales Guzmán ha señalado que con “entusiasmo se logra todo” pero así mismo, se ha visto increpado cuando se le pregunta si es suficiente el entusiasmo para financiar una campaña política de tal magnitud. A esta pregunta el exviceministro ha señalado que cuenta con el financiamiento de seis pequeños empresarios, que – según sus palabras – en su momento revelará de quienes se trata y que si no ha salido a la luz pública es porque los mismos no resultan conocidos.
Esta ha sido una de las principales falencias del candidato, ya que no existe una noción clara del origen de sus fondos y esto ha dado pie para que los especuladores comiencen a dudar de la propuesta real de Guzmán y de los principales voceros de Todos Por el Perú, quienes coinciden en que es necesario atacar el problema económico y técnico que vive la nación inca. Guzmán se ha autodefinido como un tecnócrata, un reformista que busca dar soluciones a esos sectores clave como: la educación, la salud, la justicia y la seguridad ciudadana, aunque sus detractores se empeñan en decir que sus ideas genéricas no aportan algún planteamiento relevante a estos temas.
Ni de izquierda, ni de derecha
La ideología de Guzmán ha sido clara desde el comienzo de su campaña. Él mismo se a refiere que no pertenece a ninguna en concreto y que “Todos estaremos bien cuando todos estemos bien”. El equipo que le acompaña estaría integrado, en un eventual gobierno, por Carolina Lizárraga, reconocida exmagistrada anticorrupción, Carlos Huamán especialista en telecomunicaciones, Luis Gutiérrez en materia de infraestructura, Luis Durán en política tributaria y Elmer Cuba en la cartera de Economía.
La principal apuesta de Julio Guzmán potenciar las clases medias emergentes para convertirlas en el futuro económico del Perú. En su criterio el país ha avanzado de forma lenta, debido a que todo toma más tiempo del que debería y por ende, su propuesta electoral busca revertir esta situación. De manera crítica, el economista ha advertido que el 25% de las clases medias no tiene agua potable y el 15% no tiene acceso a la energía eléctrica. El centro de su discurso radica en el impulso que debe realizar la nación del altiplano para atraer las grandes inversiones sin que ellas estén sólo enfocadas en lo económico, sino en el talento de las personas.
El reto final: revocar la decisión del Jurado Electoral
Recientemente, el Jurado Electoral Especial de Lima (JEE) declaró «inadmisible» la plancha presidencial de Todos por el Perú para los comicios del próximo 10 de abril. Esta decisión ha impulsado a Guzmán a buscar la vía legal para anular objeciones que se le imputa a la fórmula presidencial que encabeza. Actualmente, el jurado ha declarado improcedente tres de las nueves tachas contra su candidatura ya que éstas fueron presentadas fuera de plazo.
El jurado presidido por Manuel Miranda, aún debe resolver las otras seis tachas presentadas por organismos como el PPC y el Partido Nacionalista Peruano. Esto ha motivado a que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) deba tomar al menos una semana para definir las candidaturas que participarán en el próximo proceso electoral a efectuarse el 10 de abril.
Entre tanto, el panorama en la nación peruana resulta diverso. Los tradicionales aspirantes al palacio de gobierno como lo son los expresidentes Alan García y Alejandro Toledo, parecieran verse eclipsados por esta nueva generación de aspirantes al poder Ejecutivo mientras que el economista limeño pareciera ser el “outsider” que al menos un grupo de la ciudadanía peruana está buscando. ¿Será Julio Guzmán el próximo presidente del Perú? Por ahora, es imposible asegurar esto último. Lo que si podemos vaticinar es que de concretarse la nulidad del recurso interpuesto a la Junta Electoral Especial que inhabilita a Guzmán, la respuesta a esta interrogante llegará en tan sólo 5 semanas.
DesdeLaPlaza/Emanuel Mosquera