El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, despidió el martes a sus ministros de Finanzas y Justicia, marcando el fin de su conflictiva coalición y abriendo el camino a nuevas elecciones en Israel.
El Gobierno de Netanyahu, que asumió recién el año pasado, se ha visto complicado por un serie de conflictos, incluyendo la aprobación del presupuesto del próximo año y la tramitación de una ley para defender la identidad judía del Estado de Israel, que ha sido criticada por discriminar a la población árabe.
Dos encuestas de la televisión dijeron el martes que el partido derechista de Netanyahu, el Likud, sería nuevamente el más votado si las próximas elecciones fueran hoy, lo que prácticamente le aseguraría un cuarto mandato como primer ministro.
La próxima elección no estaba prevista si no hasta 2017, pero Netanyahu anunció que quería disolver el parlamento «lo antes posible» y convocar a una elección adelantada.
Además, ordenó la destitución de los ministros de Finanzas y Justicia, Yair Lapid y Tzipi Livni, quienes además son los líderes de dos partidos centristas que tuvieron roces con un gabinete dominado por la derecha.
Netanyahu dijo que Lapid y Livni habían sigilosamente tratado de formar una coalición alternativa. «En una palabra, esto se llama golpe de Estado. Hace imposible gestionar un Gobierno», dijo en una conferencia de prensa transmitida por televisión.
Desde la Plaza/BBC Mundo/AMH