“Cuatro integrantes del equipo olímpico de natación estadounidense (Gunnar Bentz, Jack Conger, Jimmy Feigen y Ryan Lochte), partieron de la Casa Francia en horas de la mañana del domingo en un taxi, en dirección a la Villa Olímpica. Su taxi fue detenido por individuos que posaban como policías armados que les pidieron dinero y otras pertenencias personales” fue así como se conoció del robo de los atletas, información que fue suministrada por un portavoz del Comité Olímpico estadounidense, Patrick Sandusky.
Solo fue un amargo incidente pues los cuatro nadadores están bien y cooperan con las autoridades.
Las autoridades brasileñas no tardaron en reaccionar. El Ministro de Deportes en Brasil, Leonardo Picciani, destacó que la seguridad en los Juegos Olímpicos Río 2016 “ha sido eficaz y explicó que el asalto a cuatro deportistas estadounidenses ocurrió fuera de la Villa Olímpica y de la competencia en general”.
Delincuencia en Río
Los altos índices de inseguridad era uno de los temores de los atletas que asisten a los juegos olímpicos. Río de Janeiro enfrenta niveles crónicos de inseguridad y violencia urbana alimentados por el narcotráfico y la pobreza de gran parte de sus habitantes. Un promedio de casi cinco personas por día tienen muertes violentas en la ciudad, según fuente oficial.
Aunque las autoridades han movilizado a 85.000 policías y militares para trabajar en la seguridad de los Juegos de Río, la cita deportiva no ha salido ilesa de actos delictivos todavía no resueltos. Otro hecho divulgado fue la pérdida de pertenencias dentro de la Villa Olímpica de varias delegaciones, además hace unos días un autobús de la prensa fue atacado, sin embargo, eso es algo que para el ministro no ha manchado el máximo evento deportivo.
DesdeLaPlaza.com/ABC.es/CT