Cuando finalizaba el año 2014, el organismo estadounidense dedicado a promover reformas en materia de legislación sobre el uso de la planta Cannabis sativa, denominado Marijuana Policy Reform, daba cuenta de que 34 estados (de los 50 que tiene ese país), incluyendo la capital, adelantan modificaciones en sus regulaciones.
Las iniciativas parten de la siguiente premisa: regular la marihuana de una manera similar en que se controla el alcohol, siguiendo los ejemplos de los estados de Colorado y Washington, las primeras entidades en implementar estas reformas. (1)
Actualmente, al menos 23 estados en ese país, ya han legalizado la Marihuana con fines “médicos”. Uno de los casos más concretos es el de California. Desde el año 96 del siglo pasado, una persona con récipe médico puede comprar Marihuana en tiendas autorizadas.
Leer además: Papa se opone a la legalización de la marihuana
Quienes se oponen a la legalización argumentan que cualquiera que manifieste tener dolor de cabeza, puede hacerse de un récipe sin mayores contratiempos. Es decir es legal de “hecho”.
No es de extrañar entonces que dada la influencia de Estados Unidos en la región, la legalización en ese país se convierta en una enorme ola que arrastre la opinión pública y modifique el discurso político de la región y gran parte del mundo imitando lo que se consiga en el norte.
La opinión pública se mueve con la gran influencia de la televisión y ¿Quiénes son los dueños de las grandes corporaciones y cadenas televisivas?
Por lo momentos, el debate se centra en el control del negocio. Lejos está la discusión sobre el sinnúmero de bondades que ofrece la Cannabis sativa y cómo se hizo ilegal la planta cuando Bayer comenzó a comercializar su aspirina para “aliviar” el dolor de cabeza.
¿No les parece raro que una planta sea ilegal? ¿Una planta que está en el planeta antes que todos nosotros? Así está el mundo.
El control del negocio de la marihuana tiene muchos intereses. Analistas latinoamericanos aseguran que detrás de la campaña por la legalización de la Marihuana en Estados Unidos, se encuentra nada menos que el expresidente mexicano Vicente Fox.
Genera al menos suspicacia, que Fox se reuniera con un nutrido grupo de empresarios de Seattle “después de que votantes en el estado de Washington aprobaron una medida que permite el uso recreacional de la marihuana”. (2)
Y no sólo ahora es un entusiasta promotor de la legalización, sino que ya tiene registrada un marca de cigarrillos de cannabis que en las redes fue bautizada como Vicentillos.
La CNN entrevistó a Fox y le recordó que en sus días de presidente “lanzó el operativo México Seguro, con el que envió soldados y policías federales a ocho ciudades alrededor del país en 2005, mientras los cárteles de la droga expandían su control en el territorio nacional”.
Ahora cree que legalizando la Marihuana “podríamos acabar con la violencia”. Y aquí está el asunto clave: “se volvería un negocio transparente en las manos de empresarios”.
Realmente a los poderosos no les interesa nada diferente al dinero. Más claro no canta un gallo. En una rueda de prensa junto con Fox, Jamen Shively, un ex directivo de Microsoft que quiere una tajada del negocio declaró a la AFP: «Es la primera vez en la historia, no solamente de Estados Unidos sino del capitalismo mundial, que en un mercado del orden de los 50.000 millones de dólares anuales no existe una marca comercial».
Pero dijo más, mediante un foro para hablar de legalización promovido por ambos, consiguieron reunir 10 millones de dólares para la inversión inicial. Es que si duda, Estados Unidos primer consumidor de drogas del planeta, es un mercado (legal o ilegal) que hace salivar a más de uno.
Citando un informe de la DEA (3), Jean-François Boyer, periodista y autor del libro La guerra perdida contra las drogas asegura (4) que “el Informe sobre Drogas 2013 publicado recientemente por la Organización de Estados Americanos (OEA) estima que la mitad del consumo estadounidense de marihuana proviene de México. Hombre de negocios curtido y avisado, el ex mandatario (refiriéndose a Vicente Fox) sabe además que limitarse a vender marihuana solamente en México no sería negocio. La demanda interna es ridícula, comparada con el consumo al Norte de la frontera”.
Escribe Boyer que “el 70% de los decomisos de cannabis en el mundo se han realizado en la frontera entre México y Estados Unidos. Último dato disponible: en 2010, el Departamento de Justicia de Estados Unidos incautó 1.500 toneladas en esa frontera, sobre un total de entre 2.500 y 3.000 toneladas consumidas dentro de Estados Unidos, precisa el Informe de la OEA”.
Lo que no explica Fox, ni su socio Shively, es cómo prevén controlar la reacción de los carteles cuando los Estados intenten quitarles el negocio, tomando en cuenta que hasta la fecha, la guerra contra el narcotráfico ha sido causa perdida.
Sobre el tema de las ganancias de los carteles Boyer señala que a lo largo de la cadena de distribución, el valor del kilo de cocaína, por ejemplo, se incrementa alrededor de 500 veces, pasando de un costo promedio de 650 dólares (precio de un kilo de “pasta de coca” en la selva colombiana) a un valor total de venta de 330.000 dólares –precio de un kilo de cocaína “cortada” vendida al menudeo en las ciudades estadounidenses–. En tanto que el precio de la heroína mexicana o colombiana aumenta 170 veces en su viaje de los campos de amapola, a las jeringas neoyorquinas.
Habiendo mencionado a California, otras experiencias como en Colorado permiten la posesión de 28 gramos. En Washington puede comprarse una onza de marihuana seca, 7 gramos de marihuana concentrada (hachís) y hasta 16 onzas en infusiones.
El gobierno del Pepe Mujica se adelantó con la legalización en Uruguay. El Estado controla el negocio. Se permite la producción a escala, la comercialización, la posesión y el consumo también estarían controlados. Pero el recién electo presidente Tabaré Vázquez suspendió temporalmente la venta de marihuana en farmacias. Ahora la cosa está en veremos.
La Corte Suprema de Justicia de Argentina declaró, en el año 2009, de forma unánime la inconstitucionalidad del segundo párrafo del artículo 14 de la Ley N°23.737 de Tenencia y tráfico de estupefacientes, que penaba la tenencia para consumo personal. Para los magistrados, ese párrafo conculcaba la esfera de libertad personal e intimidad, la que se encuentra excluida de la autoridad de los órganos estatales.
En Perú se permite el consumo, pero no la venta ni el cultivo. Para asombro de todos: comprar semillas no es delito. Está permitido poseer hasta 8 gramos de marihuana y 2 gramos de sus derivados.
El caso paraguayo indica que hasta 10 gramos de cannabis es considerado “consumo personal, o de uso médico”. En esa cantidad no está penado por la ley.
Para Ecuador la posesión y/o tenencia de cualquier tipo de droga ilegal, es motivo de fiscalización con penas que van de los 2 meses, a los 12 años. Ahora bien, cualquier ciudadano ecuatoriano puede portar 10 gramos de marihuana, sin que eso sea legal pero tampoco delito.
El caso venezolano es así: fue modificada en 1993 la pena de cárcel por “medidas de seguridad social”, para la posesión de hasta 20 gramos de cannabis. El porte de drogas para el uso personal se castiga con tratamiento obligatorio.
Pero el 2010, se revirtió el cambio anterior en la Ley Orgánica de Drogas. Dice el artículo 153 Posesión ilícita: Él o la que ilícitamente posea estupefacientes, sustancias psicotrópicas, sus mezclas, sales o especialidades farmacéuticas o sustancias químicas, con fines distintos a las actividades lícitas así declaradas en esta Ley o al consumo personal establecido en el Artículo 131 de esta Ley, será penado con prisión de uno a dos años. A los efectos de la posesión se apreciará la detentación de una cantidad de hasta dos (2) gramos para los casos de posesión de cocaína y sus derivados, compuestos o mezclas; hasta veinte (20) gramos para los casos de marihuana, o hasta cinco (5) gramos de marihuana genéticamente modificada y hasta un (1) gramo de derivados de amapola, que se encuentre bajo su poder o control para disponer de ella.
Lo extraño es que, en un país que se autoproclama revolucionario, las opiniones religiosas siguen siendo muy pesadas al momento de -apenas- debatir temas como la interrupción voluntaria del embarazo, o el matrimonio igualitario… no digamos de la legalización de la marihuana ¿Habrá que esperar la ola legalizadora que proviene del norte para discutir estos asuntos?
Lo cierto del caso es que la gran carrera por la legalización de la Marihuana ya comenzó. Vicente Fox (un empresario de oficio) es apenas una de las caras visibles que persigue apoderarse del negocio “legal”. De a poco las televisoras gringas, a través de sus series “humorísticas”, van filtrando a las audiencias personajes y chistes que suavizan el tema, mientras más de la mitad de los estados de la unión modifican sus leyes.
DesdeLaPlaza / Ernesto J. Navarro
———-
1.-Tomado de: http://www.eldiariony.com/proyectos-ley-marihuana-legal-eeuu
3.-Drug Enforcement Administration, (DEA por sus siglas en inglés) es la oficina de Administración para el Control de Drogas.
4.-http://www.eldiplo.org/index.php/archivo/172-siria-la-guerra-de-obama/la-guerra-perdida-contra-las-drogas/