Mientras que unos 47 millones de estadounidenses reciben cartillas de racionamiento alimentario, el presidente de EEUU, Barack Obama, y la primera dama han pasado las vacaciones navideñas en Hawái, donde han cenado en uno de los restaurantes más lujosos del mundo, el Vintage Cave, en donde ser miembro premium cuesta 500.000 dólares.
En el restaurante hay obras de arte cuyo valor ascienden a un billón de dólares. Lógicamente para disfrutar del lujo de sentarse a una de sus mesas exclusivas es necesario pagar una cantidad considerable: convertirse en cliente especial cuesta 50.000 dólares y disfrutar de los beneficios de ser cliente premium cuesta 500.000 dólares. A cambio Vintage Cave ofrece un «ambiente relajante que permite escapar de lo ordinario».
Según informan los medios, el precio promedio de un plato es de unos 295 dólares y la factura total de una pareja ronda los 1.000 dólares. Los Obama pidieron varios platos y disfrutaron de tres horas de extravagante cena provocando la indignación de los sectores más desfavorecidos de la sociedad estadounidense.
Desde la Plaza/RT/AMB