Cuarenta y ocho horas. Este será el tiempo que tendrán 36 millones y medio de españoles luego de haber finalizado la campaña electoral para tomar una decisión trascendental: escoger quién será el próximo Jefe de Gobierno español. A diferencia de como solemos estar acostumbrados en Latinoamérica, la figura del poder ejecutivo ibérico depende de un sistema establecido que se conoce como monarquía parlamentaria; es decir, el presidente del gobierno resulta electo producto de la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados y luego debe juramentarse ante la máxima figura del poder español: El Rey Felipe VI.
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De las 26 candidaturas que se darán cita a esta jornada electoral, sólo 4 parecieran tener una posibilidad real de acceder al gobierno: el Partido Popular (PP) en la figura del presidente en funciones Mariano Rajoy, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la figura de Pedro Sánchez, el Partido de la Ciudadanía (C´s) en la figura de Albert Rivera y el partido PODEMOS en la figura de Pablo Iglesias. Todo pareciera indicar que entre estos 4 nombres figura el próximo presidente español y que una victoria tanto de Rivera como de Iglesias pudiera poner fin al bipartidismo establecido desde la reinstauración de la democracia en 1975.
Si las encuestas aciertan, deberá haber alianzas
Al tratarse de un sistema parlamentario, se necesita que al menos la mitad de los parlamentarios más uno (176 escaños) apruebe la designación del próximo jefe de gobierno, algo que no pareciera estar del todo claro. La mayoría de las encuestas arrojan como claro ganador al PP pero con una adhesión entre el 25 y 27% lo que no le sería suficiente para poder designar al nuevo mandatario. En segundo plano, existe un fuerte debate entre el PSOE, C´s y PODEMOS por sobre quien deberá fungir como la segunda fuerza política del país; sin embargo, “La Remontada” a la que ha apostado la fórmula de Iglesias pareciera hacerle soñar con mucho más: ha pasado del 4to lugar a codearse muy cerca del 2do.
Este panorama plantea un escenario inédito en la historia democrática española, pues se necesitarán alianzas dentro de los distintos sectores políticos para poder designar a la nueva figura del Poder Ejecutivo. Como era de esperarse, las especulaciones no cesan. Algunas fracciones internas del PP aprueban cambiar la figura de Rajoy si esto les garantiza permanecer en el poder, otros apuestan a un diálogo con C´s. Desde el otro lado de la acera, muchos militantes del PSOE ven con recelo una alianza con PODEMOS y se cuestionan si será posible que Rivera y Sánchez dialoguen para escoger al próximo presidente.
Ninguno de los 4 partidos pareciera tener una firme posibilidad de lograr una mayoría aplastante en las elecciones y pareciera tratarse de una lucha encarnizada sobre quien tiene más capacidad de rasgar una mayor cuota de poder con el fin de acumular un músculo político que le permita negociar ante el otro.
Propuestas económicas: ¿Qué sugiere cada partido?
Sin duda alguna, el tema económico es clave para entender el escenario político español. El movimiento de las finanzas públicas ha desencadenado fuertes debates entre las toldas políticas que exigen una mayor transparencia en la administración pública nacional.
Como dato a resaltar, cabe decir que la tasa de desocupación laboral española ha llegado al 27%, lo que se traduce en que de cada diez personas en edad apta para el trabajo, tres se encuentran desempleadas. En este orden de ideas, el PP ha propuesto ampliar a cuatro años la tarifa plana para la conversión de contratos temporales en fijos. Por su parte, el PSOE insiste en derogar la reforma laboral, salvo la rebaja del coste del despido que será objeto de negociación. Pretende crear un Nuevo Estatuto de los Trabajadores para incentivar la flexibilidad interna y que el despido sea la última opción.
Respecto al tema de los adultos de la tercera edad, C´s considera que la mejor opción sería el retraso de la jubilación a los 67 años y que se incentive a trabajar más allá de los 65 años a través de la figura de un retiro flexible. Por su parte, PODEMOS desea subir las pensiones más bajas, establecer la edad de jubilación en 65 años y eliminar los topes de cotización a los salarios más altos.
Sobre el polémico tema de la vivienda, el PP plantea mantener medidas de protección a los hipotecados y gestionar la creación de un plan de rehabilitación y remodelación de edificios estatales para mejorar la eficiencia, mientras que el PSOE insiste en poner fin a los desahucios facilitando la renegociación y dación en pago. A su vez, propone un ambicioso plan de rehabilitación de 200.000 casas al año.
En materia de infraestructura, C´s propone planes nacionales en las áreas de transporte, dotaciones hidráulicas, redes de energía y redes de telecomunicaciones. Por su parte, PODEMOS cree que auditar los costes de las obras, primar el transporte colectivo y la eficiencia en el uso del agua beneficiará el programa de reorientar la construcción hacia la rehabilitación.
No es sólo una elección para escoger al próximo presidente
Las elecciones generales del 20 de diciembre permitirá renovar 558 de los 616 escaños que conforman las Cortes Generales: esta cifra está integrada por los 350 curules del Congreso de los Diputados y los 208 de elección directa del Senado. Las elecciones al Senado se realizan a través de un sistema de listas abiertas. Cada persona con derecho a voto marca individualmente a los candidatos que desea, pudiendo ser estos de la misma formación política o de diferentes opciones, y únicamente posee una limitación numérica, es decir; según la provincia se puede votar hasta un máximo de tres opciones en cada una de las circunscripciones.
De este modo se configurará la Cámara Alta de cara a una legislatura en la que varias de las principales formaciones políticas por fin han logrado ponerse de acuerdo: plantean llevar en su programa una importante reforma de la misma.
Definitivamente en estas elecciones todo pareciera indicar que se trata de un final de película, se maneja una alta tensión en todas las esferas políticas que ha venido marcándose a raíz de los recientes debates y el bombardeo publicitario constante a través de las redes sociales. Hace tiempo que los políticos españoles aprendieron que era imposible construir un liderazgo fuera de la Red y que posiblemente ganar en las redes sociales pudiera significar ganar en las urnas. ¿En que terminará todo esto? Lo sabremos luego de las elecciones, de momento sólo una cosa es clara: en esas últimas 48 horas todo puede pasar.
DesdeLaPlaza.com / Emanuel Mosquera