La alarmante sequía alimenta uno de los clásicos del verano, los fuegos recurrentes en todo el estado de California. Especialmente el sur. La mañana del domingo los esfuerzos se centraban en controlar el fuego en Rocky Fire, cerca del Lago Clear, cuya extensión alcanza las 19.000 hectáreas y solo se controla un cinco por ciento. El fuego ya se ha llevado por delante 24 hogares y 26 naves de uso agrícola según fuentes oficiales del Estado. La apertura de un nuevo frente cerca de Cache Creek ha obligado a cerrar las autopistas 20 y 53 cerca del lago Clear para intentar sofocar las llamas.
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La zona, a 160 kilómetros al Norte de San Francisco, cuenta con una población rural muy dispersa. Más de 6.000 hogares en peligro se han visto evacuados. Las estimaciones de los bomberos de California hablan de 12.500 desplazados.
“Intentamos contenerlo y frenarlo, pero va a seguir arrasando terreno durante un tiempo. Esto es como una montaña rusa”, se lamentó a través del servicio de prensa del departamento de protección forestal y medio ambiente de California el capitán de bombero Joe Fletcher, a cargo de más de 2.000 profesionales que sofocan las llamas sobre el terreno y también con ayuda aérea, entre la que cuentan con 19 helicópteros y cuatro aviones. Así como 56 excavadoras dedicadas a generar cortafuegos de emergencia con el fin de limitar la extensión de la catástrofe.
En total, más de 9.000 bomberos intentan apagar la docena de incendios de gran alcance en el estado más próspero de Estados Unidos.
DesdeLaPlaza.com/El País.es/AMH