La industria del acero en México se tambalea y pone en riesgo a por lo menos 45.000 empleos directos e indirectos.
El frenazo en sus ventas, debido principalmente a los precios artificialmente bajos de China —el mayor productor del material en el mundo—, ha dejado ya 8.000 despidos, según cálculos de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero). Ante este escenario, el Gobierno mexicano aumentó en un 15% los aranceles a las importaciones de acero para intentar mitigar el daño que ha causado lo que las empresas del sector en México califican de «competencia desleal». La tasa se aplicará en los próximos seis meses para proteger a la industria siderúrgica mexicana.
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Las alarmas se dispararon desde inicios de este año, en que la transnacional ArcelorMittal (con presencia en más de 60 países y con más de 310.000 empleados) anunció que iniciaría en marzo un «paro temporal» en su sede en Lázaro Cárdenas (Michoacán, sur del país).
La medida afecta a 14.500 personas, de acuerdo con las cifras de los sindicatos. Las mismas fuentes indican que la empresa holandesa-hindú prepara ya al menos 1.200 despidos en el puerto, uno de los puntos rojos de la estrategia de seguridad del Gobierno mexicano y que, desde noviembre de 2013, es controlado por la Marina Armada debido al alto número de tráfico ilegal y presencia del crimen organizado.
DesdeLaPlaza.com/ElPais.es/AQ