Los bombardeos de la aviación del régimen sirio contra un mercado de un distrito rebelde de Damasco causaron el domingo al menos 82 muertos, en la víspera de la reunión prevista este lunes por Rusia e Irán para intentar buscar una salida diplomática al conflicto. Después de más de cuatro años de guerra, que se ha cobrado 250 mil muertos y 10 millones de desplazados, los dos principales aliados del presidente Bachar el Asad intentan sacar partido de la corriente favorable internacional generada por el acuerdo nuclear de Teherán con las potencias.
Lea también: Lavrorv podría reunirse en Qatar con exlider de la oposición siria y con el jefe político de Hamás
Los ministros de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, e iraní, Javad Zarif, tendrán que actuar con rapidez ante la creciente pérdida de territorio bajo control del Ejército gubernamental —que puede haber quedado reducido a un 20% de la superficie del país— tras el avance de los grupos insurgentes en todos los frentes, y en especial del yihadismo más brutal encarnado por las milicias del Estado Islámico.
Las sucesivas oleadas de la aviación gubernamental contra el mercado de Duma, 15 kilómetros al noreste de Damasco, causaron además no menos de 200 heridos, según los datos recabados por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una ONG con sede en Reino Unido que recibe información sobre el terreno de los servicios de defensa civil en zonas rebeldes. “Ha sido una matanza documentada con imágenes”, aseguró un responsable del Observatorio.
Un portavoz del Ejército sirio precisó a la agencia Reuters que la operación no tenía como objetivo el mercado sino el cuartel general del grupo insurgente Ejército del Islam, que el sábado había atacado posiciones gubernamentales en el vecino barrio de Harasta.
Moscú y Teherán han emprendido iniciativas diplomáticas por separado en los dos últimos meses para “acabar con la crisis en Siria”, según el comunicado difundido ayer por los responsables del Ministerio de Exteriores ruso. El Kremlin pretende suministrar el año que viene a Irán los avanzados sistemas de misiles S-300 de defensa antiaérea y al mismo tiempo convertirse en el principal proveedor de su industria nuclear.
En medio de los preparativos de reuniones diplomáticas y de sus contraprestaciones económicas, el propio régimen sirio ha dado recientemente signos de una cierta apertura, según destaca Michael Williams, exenviado de la ONU para Oriente Próximo, en un artículo publicado por Chatham House, el instituto británico de relaciones internacionales.
DesdeLaPlaza.com/El País.es/AMH