La campaña de las elecciones municipales y autonómicas más abiertas de la historia reciente de España acabó a la media noche, hora local de Epaña.
Fue una campaña con hechuras de comicios generales, con mensajes más en clave nacional que local, como si lo que estuviera en juego este domingo [de forma inmediata] fuera el próximo inquilino de la Moncloa y no los alcaldes y el color de los parlamentos autónomicos, según los expertos consultados.
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Fermín Bouza, sociólogo y catedrático de Opinión Pública de la Universidad Complutense de Madrid, señala que, aunque en la «forma» no sea una campaña diferente a las demás, sí lo es en el «fondo«, con un clima de opinión «más denso» que hace que las elecciones se parezcan más a unas generales.
La aparición de nuevos partidos como Podemos y Ciudadanos y la «ruptura del bipartidismo» compone un panorama que da un «interés» a esta cita electoral que no tenían otras municipales y autonómicas, en su opinión.
«La cercanía de las generales ha distorsionado el carácter municipal» de las elecciones, señala Jorge Santiago, director del área de formación del Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político de la Universidad Camilo José Cela de Madrid.
Esta circunstancia ha afectado a la comunicación con «mensajes generales y de carácter nacional», según este experto.
El catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Botella cree que «estas elecciones están siendo menos locales que nunca» al ser un preludio de las generales, lo que explicaría «el nerviosismo y la tensión que se ha visto en todos los partidos».
Toni Aira, coodirector del Máster de Comunicación Política e Institucional de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, cree que era muy difícil abstraerse de la cercanía de las generales pero subraya que la campaña ha sido «más clásica» de lo que se podría esperar ante un «momento político de ebullición» como el actual.
«Los partidos han hecho una campaña convencional y poco rompedora y los emergentes han tirado de lo que ya tenían en los últimos meses», sentencia.
El PP, una campaña centrada en la economía
El Partido Popular se ha centrado en «fijar su idea fuerza, que España se está recuperando y que no se puede poner en riesgo», explica Aira. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha insistido en todos sus mítines en que solo hay dos opciones: votar al PP o al resto, lo que supondría «volver atrás».
La opción de centrarse solo en la economía con «excesivo triunfalismo» es, sin embargo, un «error» para algunos de los expertos consultados como Jorge Santiago, que considera que el PP ha intentado trasladar un «mensaje demasiado positivo y ocultar la realidad» de la crisis económica, aunque cree que ha acertado en los carteles, el lema y en no hablar de corrupción.
«Es un error de comunicación importante confundir lo que uno percibe con lo que percibe la gente. No se puede decir que la gente no habla de paro» como dijo Rajoy en un mitin en Pamplona, añade Fermín Bouza.
El PSOE, «una campaña sin sorpresas»
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha insistido en campaña que ellos son la «única» izquierda que «puede ganar al PP» y se ha mostrado dispuesto a llegar a pactos de gobierno con todos los partidos menos con el PP y Bildu, sus líneas rojas.
Jorge Santiago, de la Camilo José Cela, cree que el PSOE ha «mantenido el tipo», pero ha echado en falta «alguna sorpresa más». «Le ha faltado un poco de chispa«, subraya este experto. A pesar de ello, Joan Botella cree que Sánchez sí ha «conseguido movilizar a sus seguidores» y que ha salido reforzado como líder durante la campaña ante los problemas de la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, para conseguir apoyos suficientes para ser investida presidenta de Andalucía.
El catedrático de Opinión Pública Bouza, sin embargo, se muestra más crítico, y cree que el PSOE «ha ido al rebufo del PP» y no ha conseguido, en su opinión, «construir una alternativa» para frenar a los partidos emergentes.
Podemos, «más pegados a la tierra»
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha jugado también la baza de presentar a su partido como la única alternativa posible al Partido Popular, llamando incluso a los «socialistas de corazón a votar morado» este domingo.
El catedrático de Ciencia Política de la Autónoma de Barcelona Joan Botella cree que Podemos «está bajando de los cielos a la tierra» de forma «inteligente» y que eso se ha traducido en una exposición más «prudente» de sus propuestas a medida que se acerca la posibilidad real de que tengan responsabilidades de gobierno.
Jorge Santiago destaca que tanto los resultados en Andalucía -que siendo «magníficos» no eran los que esperaban- como la salida de Juan Carlos Monedero han generado en Podemos cierto «desconcierto» que ha hecho que «pierdan fuerza».
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Toni Aira, codirector del Máster de Comunicación Política e Institucional de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, cree que Podemos, al igual que el resto de partidos, «ha caído en la descalificación fácil y en el pim, pam, pum», pero ha elogiado el acierto de apostar por perfiles como el de Manuela Carmena en Ahora Madrid y Ada Colau en Barcelona en Comú, las marcas municipales que apoya en estas dos ciudades clave.
Ciudadanos, una campaña «personalista»
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, consiguió marcar la agenda mediática de la primera semana de campaña con propuestas como la del debate a cuatro o declaraciones más polémicas como la que hizo sobre que la regeneración política tenía que venir de la mano de los nacidos después de 1978.
La segunda semana ha estado marcada por los problemas en sus listas con la anulación de la de Miranda de Ebro, en Burgos, o la presencia de una exmilitante del partido xenófobo Plataforma per Catalunya (PxC) en su candidatura de L’Hospitalet de Llobregat.
Jorge Santiago destaca que Rivera ha hecho una campaña «muy personalista» y que «ha sabido colocar los mensajes», otra cosa diferente, añade, es si estos eran «acertados o equivocados», pero ha conseguido que se hablara de Ciudadanos.
Joan Botella cree que Albert Rivera ha hecho una campaña «hábil e inteligente» y atreviéndose a cuestionar situaciones como el régimen fiscal del País Vasco y Navarra.
IU y UPyD, ignorados por el resto de partidos
Izquierda Unida y UPyD, que en las últimas elecciones habían recogido parte del descontento ciudadano con los grandes partidos, se enfrentan a las elecciones municipales y autonómicas del domingo con el objetivo de no perder al menos las cuotas de poder que consiguieron en 2011.
Toni Aira, de la Pompeu Fabra, destaca que el problema que han tenido estos dos partidos en la campaña «es que nadie (ningún partido) les ha identificado claramente como una amenaza» y en consecuencia no han tenido «ningún papel importante».
Joan Botella, de la Autónoma, cree que los problemas de ambos partidos son distintos. «UPyD ha pagado el no haberse entendido con Ciudadanos e IU está pagando la factura del surgimiento de Podemos a su izquierda» y de la crisis interna de la coalición en Madrid.
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