La victoria de Ada Colau en las elecciones municipales de Barcelona, unida a la incertidumbre soberanista, han disparado la inquietud de los empresarios catalanes.
La propia Colau desveló ayer que su rival de CiU, Xavier Trias, le ha asegurado que «poderes económicos» están detrás de intentos de pactos políticos para que no sea alcaldesa y así lo confirmaron a este diario altas fuentes de la élite económica catalana. «Ha habido movimientos por parte de altos dirigentes empresariales para ayudar a que haya pactos para que Trias sea alcalde; no se trata de interferir, sino de ayudar al entendimiento entre las distintas fuerzas para que se consolide la mejor opción para asegurar la salida de la crisis en la capital catalana», afirma a este diario el principal ejecutivo de un gran grupo catalán.
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El presidente de Foment, la principal patronal catalana, Joaquim Gay de Montellà, y también el de Pimec, Josep González, han recibido numerosas muestras de inquietud. No obstante, Gay de Montellà negó a este diario haber participado en reuniones para que Trias sea alcalde y aseguró que la patronal está al margen. Otros dirigentes empresariales se mostraban anoche derrotistas al ver ya imparable a Colau.
Con todo, señalaron que aun así hay que fomentar pactos entre los partidos tradicionales para que el problema no se multiplique.
Varios de ellos asistieron a la sesión inaugural de la XXXI reunión anual del Círculo de Economía en Sitges y la inquietud por el nuevo mapa político era palpable.
El propio presidente de esta influyente asociación catalana, Antón Costas, trasladó al presidente de la Generalitat, Artur Mas, la pregunta sobre si la errónea deriva soberanista era la culpable de la victoria de una antisistema como Colau. Costas expuso a Mas el último documento del Círculo en el que, sin mencionar expresamente a Podemos o a Colau, afirma que «el nuevo escenario político fragmentado hace surgir el lógico temor a la inestabilidad«.
Pidió a Mas «una nueva cultura política de la transacción y el pacto que garantice la gobernabilidad» tanto en el nuevo mapa político como «en el mal llamado problema catalán». «Así no podemos continuar», dijo Costas al líder de CiU, recalcando que no actuaba como «lobby empresarial», pero que pensaba que debía tener «el coraje de decir lo que hay que decir».
DesdeLaPlaza.com/El Mundo.es/AMH