Dylann Roof, 21 años y con antecedentes por drogas, fue detenido horas después de protagonizar la mayor matanza racista en EEUU desde 1921. En la noche del miércoles, Roof entró en una iglesia de Charleston (Carolina del Sur). Durante una hora, asistió al oficio. Luego, se levantó y disparó a todos los presentes. «He venido aquí a matar negros», gritó.
Tras su matanza, Roof logró huir de las inmediaciones de la iglesia Madre Emanuel y la policía, el FBI y otras agencias federales iniciaron la caza al hombre. Carson Cowles, un tío del joven agresor, lo reconoció en las imágenes de vídeo que publicaron las autoridades, en las que se veía a Roof entrando en el templo. El joven, detenido hace tres meses por posesión de drogas, tenía un retrato suyo en las redes sociales vestido con una cazadora con la bandera de la Sudáfrica del apartheid y la de Rhodesia (actual Zimbabue) bordadas. Estos dos regímenes son muy admirados en Estados Unidos por los grupos de odio que promueven la supremacía blanca.
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Los Estados Unidos de Barack Obama, el primer presidente negro de ese país, retrocedieron ayer al pasado más siniestro de su Historia con el que ha sido el mayor atentado motivado por cuestiones raciales en más de nueve décadas. Aunque no existe un registro oficial, la cifra de nueve afroamericanos muertos a tiros ayer mientras la iglesia Madre Emanuel, en la ciudad de Charleston, en Carolina del Sur, es la más alta en un ataque de estas características desde que en la ciudad de Tulsa, en Oklahoma, 300 negros fueron asesinados en marzo de 1921.
El objetivo del presunto autor de la masacre –Dylann Storm Roof, un blanco de 21 años que fue detenido por la tarde en el vecino estado de Carolina del Norte– no parece haber sido sólo matar. También ha sido aterrorizar. Solo así se explica que Roof dejase escapar a una mujer.
“Le perdonó la vida, le dijo: ‘Te voy a salvar, para que cuentes lo que pasó‘”, según declaró ayer el presidente de la oficina de Charleston de la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, según sus siglas en inglés), el grupo más antiguo de defensa de los derechos de los afroamericanos de Estados Unidos.
Según la cadena de televisión ABC, una niña de cinco años también se salvó, pero porque, en un tremendo alarde de sangre fría, se hizo la muerta. Otra persona estaba ayer en el hospital, herida, pero fuera de peligro. Los otros nueve asistentes al oficio religioso habían muerto.
Ninguna de esas matanzas alcanza el nivel de la de Charleston. Según la versión más extendida de los hechos, Roof entró en el templo y permaneció allí cerca de una hora, hasta que empezó a disparar con una pistola. Un familiar de uno supervivientes declaró a los medios que el presunto asesino gritó “¡Están violando a nuestras mujeres, están tomando al asalto nuestro país, tienen que irse!”. Según la CNN, añadió: “Estoy aquí para matar negros“.
DesdeLaPlaza.com/El Mundo.es/AMH