El niño Ahmed Mansur Karni está acusado de cuatro asesinatos, ocho tentativas de homicidio, quebrar la paz social, dañar un inmueble de la administración sanitaria, amenazar a policías y soldados, y atacar vehículos de las fuerzas de seguridad egipcios junto a otras 115 personas, de acuerdo a una nota publicada por el diario español El Mundo.
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«No ha sido detenido porque no se encuentra localizado pero está en vigor una orden de arresto contra él», contó al respecto Faisal al Sayed, abogado del menor.
Por lo insólito del caso, son varios los abogados que decidieron tomar cartas en el asunto y la mayoría concuerda en que la culpa es del juez, quien no revisó la documentación como corresponde.
Pero el caso de este niño no es el único escándalo que sacude al país. Las denuncias por desapariciones forzosas o encarcelaciones arbitrarias crecen a diario.
Desde la caída del dictador Hosni Mubarak en 2011, uno de los íconos de la primavera árabe; y el golpe de Estado que en julio de 2013 desalojó del poder al islamista Mohamed Mursi, Egipto no puede encontrar su rumbo.
Y la Justicia para sacar provecho: son varias las organizaciones de derechos humanos que denuncian cientos de penas capitales y cadenas perpetuas en procesos que vulneran las garantías y que se han convertido en el brazo ejecutor de una fuerte represión.
Mansur Karni vive en la provincia de Al Fayum, unos 170 kilómetros al suroeste de El Cairo. Nació el 10 de septiembre de 2012 y su nombre está en la lista de los condenados, incluido en un caso abierto por la justicia contra los vecinos que se manifestaron el 3 de enero de 2014. En aquel entonces, tenía apenas dos años.
DesdeLaPlaza.com/LaNación/KM