Alemania tiene una de las poblaciones que más rápido están envejeciendo y disminuyendo en el continente europeo.
Según las proyecciones de la Comisión Europea en su Informe sobre Envejecimiento, publicado el año pasado, se calcula que para 2060 el número total de alemanes se reducirá 10 millones: de 81,3 millones en 2013 a 70,8 millones.
Es por eso que el país podría beneficiarse de un influjo de jóvenes trabajadores.
En contraste, se cree que Reino Unido se convertirá en el país más poblado de la UE. Según el informe de la Comisión, la población de Reino Unido se incrementará de 64,1 millones actualmente a 80,1 millones en 2060.
Esto como resultado de una tasa de fertilidad relativamente alta y las mayores tasas programadas de inmigración neta.
Una diferencia que puede ayudar a entender la diferencia en las posiciones de ambos países en el tema de migración.
La canciller Angela Merkel anunció la semana pasada que Alemania aceptará unos 800.000 buscadores de asilo este año en su país.
Al parecer la narrativa política en Alemania ha sido muy distinta de la que se ha escuchado en otros países de la Unión Europea. Pero tanta aparente bondad, también tiene una muy buena razón de ser y es que la creciente proporción de ciudadanos dependientes anticipa una enorme carga para los contribuyentes.
Se calcula que el porcentaje de personas de 65 años y más frente a los pobladores de entre 15 y 64 años se incrementará de 32% en 2013 a 59% para 2060.
Esto quiere decir que para 2060 habrá dos alemanes menores de 65 años trabajando y generando impuestos por cada alemán mayor de 65 años.
Y por eso, para el editor de economía de la BBC, Robert Peston, «podría afirmarse que es particularmente útil para Alemania tener un influjo de familias jóvenes y agradecidas de Siria o de otras partes, que están dispuestas a trabajar duro y esforzarse para reconstruir sus vidas y demostrar a sus anfitriones que no son una carga».
Definitivamente, acciones muy nobles las que mueven a la canciller alemana.
DesdeLaPlaza.com/BBCmundo/AQ