Cuando ocurre un atentado terrorista o una tragedia natural en determinada parte del mundo las personas tienden a hacer públicas sus condolencias, muestras de solidaridad y de pena compartida, especialmente entre los vecinos más cercanos al país afectado.
Sucedió en Europa con los atentados en París, así como en Bruselas, Turquía, Irack, Afganistán y Siria, naciones que han sido afectadas por acciones del Estado Islámico.
Pero ¿por qué parece que nos duelen más los daños y las perdidas de vidas que se registran en las ciudades europeas?
Una de las posibles explicaciones se encuentra en la cercanía geográfica, cultural, religiosa, de costumbres y valores, pero en el fondo, solo se trata de una excusa reduccionista.
En base a ello, el artista mexicano Eduardo Salles diseñó un mapa con el que golpea al mundo occidental con las que a su juicio son «las prioridades a la hora de llorar más a unos muertos que a otros» y que de acuerdo al color tiene un significado, la imagen fue compartida en su cuenta de Twitter.
Mapamundi Trágico: http://t.co/xSUpXAyR9z pic.twitter.com/WR36D5RPt3
— Eduardo Salles (@sallesino) 28 de abril de 2015
Pero el ilustrador también recreó los pasos que las personas suelen seguir en las redes sociales al momento de tener conocimiento de un suceso que hiera sensibilidades.
De acuerdo a la gráfica, una vez la noticia es difundida lo primero que se hace es ubicarla en el mapa -esto determina su importancia-, Salle explica que el número de lágrimas es proporcional a la raza o color de las personas afectadas -mientras más blancas más lástima da-, dependiendo del alcance de la ciudad se posiciona la etiqueta #PrayFor…, se comparten las mejores imágenes y si corres con suerte Facebook puede habilitar la banderita que muchos colocaron en su perfil en la red social de Mark Zuckerberg – válido para paises del primer mundo- y después de denunciar las injusticias y actos atroces, puedes seguir con tu vida como si nada.
Normalmente, estas muestras de buena voluntad pueden extenderse hasta una semana después de la tragedia, lo que sigue es continuar como de costumbre, hasta que suceda otra tragedia.
Solo queda analizarnos y evaluar nuestro comportamiento.
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