El pasado domingo, la marca alemana de vehículos Volkswagen admitió haber instalado, entre 2009 y 2014, un software en ciertos vehículos que se activaba únicamente cuando el coche iba a someterse a un test de gases. Entonces, disminuía la emisión de monóxido de nitrógeno rebajando la potencia en un 40% con respecto a cuándo circulan estos coches.
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Al menos 11 millones de automóviles tienen instalado este programa en los motores Type EA 189, ilegal tanto en EEUU como en Europa. No se conocen muchos detalles, pero sí que este software se activaría cuando comienza un test.
Un motor diésel es, en realidad, más eficiente que uno de gasolina. Sin embargo, estos no emiten tanta cantidad del letal monóxido de nitrógeno. Volkswagen ha asegurado que sus nuevos motores EU 6 en Europa cumplen los requisitos legales y medioambientales establecidos.
A pesar de ello, este escándalo se ha reflejado en las acciones de la compañía. La bolsa de Frankfurt refleja una caída de la marca Volkswagen por más de un 20%.
¿Cómo actúa este software?
¿Cómo puede afectar esta crisis a la compañía?
La crisis que se abre ante Volkswagen es verdaderamente imprevisible. Tanto es así, que la multinacional ha provisionado ya 6.500 millones de euros para hacer frente a pagos e indemnizaciones. No sólo eso, la empresa ya ha anunciado que revisará a la baja sus objetivos de beneficio para 2015.
Conviene recordar que la EPA (la agencia medioambiental de EEUU) tiene la autoridad para multar con hasta 37.500 dólares por vehículo defectuoso, aunque los pagos se suelen reducir a partir del vehículo 10.
Toda la legendaria industria alemana de la automoción, además, está en entredicho, aunque Daimler y BMW no han tardado en desvincularse de estos problemas. Alemania, por si acaso, ha abierto una investigación. Las autoridades surcoreanas han anunciado el lanzamiento de una investigación propia, mientras que el Gobierno francés ha pedido la apertura de pesquisas en Europa.
¿Y a la cúpula directiva?
La orden de instalación de estos programas, aseguran los expertos, no puede haber partido de mandos intermedios. «Nadie instala un software de engaño por error», aseguraron ayer diversos analistas.
Por ello, el presidente de la compañía, Martin Winterkorn, está bajo el escrutinio público tras su enfrentamiento con el expresidente Ferdinand Piëch. Este es sin duda el mayor escándalo que afecta a la compañía desde que en 2005 se conoció que había pagado a prostitutas con dinero de la empresa.
¿Había sucedido algo parecido antes?
En 1998, la propia EPA multó a varios fabricantes de motores diésel para camiones pesados. En aquel caso, las emisiones eran el triple de lo permitido. A principios de los 90, tanto Ford como Honda fueron penalizados por cuestiones parecidas. Hyundai y su filial KIA han pagado multas por decir que sus coches consumían menos de lo que lo hacían en realidad.
¿Cómo han reaccionado las autoridades europeas?
De momento no hay una respuesta firme desde Europa y parece que la investigación abierta en EEUU ha pillado fuera de juego a las instituciones europeas. Una portavoz de la Comisión Europea señalaba ayer que «hay que aclarar los hechos y llegar al fondo del asunto” y añadió que Bruselas está “en estrecho contacto” con la compañía y las autoridades estadonidenses “para establecer los hechos de la retirada del mercado de ciertos vehículos”.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha exigido “transparencia total” en la investigación. El ministro de Transportes alemán, Alexander Dobrindt, ha recordado que en Alemania se realizan «controles independientes constantemente».
Aun así, ha señalado que ha dado instrucciones a la Oficina Federal de Vehículos a Motor para que realice «inmediatamente estrictas inspecciones de carácter específico y con peritos independientes de los modelos diesel de Volkswagen”.
DesdeLaPlaza.com /CincoDías /ABD