La joven colombiana Natalia Ponce de León, el año pasado se convirtió en símbolo nacional de las víctimas de ataques con ácido en el país tras ser rociada en el rostro con un corrosivo sulfúrico. Hizo este jueves su primera aparición en público para presentar un libro sobre su drama.
«Lo más importante es curar el alma, olvidar el odio y el resentimiento», expresó durante la rueda de prensa en la que fue presentado el libro «El renacimiento de Natalia Ponce de León», escrito por la periodista Martha Soto, de la unidad investigativa del diario El Tiempo.
Ponce de León, de 33 años y quien despertó el año pasado la solidaridad e indignación nacional por el ataque del que fue víctima frente a su residencia en Bogotá por un pretendiente suyo, señaló que su caso puso en evidencia las fallas del sistema de salud del país para atender estas emergencias.
Ponce de León pidió que este tipo de agresiones contra las mujeres no queden en la impunidad y se endurezcan las penas para los atacantes.
La joven agredida se ha sometido a 15 operaciones quirúrgicas para restaurar tejidos de su cuerpo, especialmente del rostro, que actualmente se trata con piel artificial importada.
Según la ONG Feminicido.net Colombia está, junto con la India y Pakistán, entre los países donde se registran más ataques con ácido o con líquidos inflamables contra mujeres.
Estadísticas nada agradables:
Según el medio informativo Fucsia, muchos de los casos tienen origen en la violencia entre parejas, familiares e, incluso, agresiones a niños y adultos mayores.
Los casos se han multiplicado exponencialmente si se tiene en cuenta que en el 2005 fueron atacados seis hombres y ocho mujeres; mientras en el 2013 fueron 25 hombres y 35 mujeres.
Los datos revelan que la mayor parte de los victimarios son personas conocidas, sin mayor trato con el afectado y, asombrosamente, los miembros de la Fuerza Pública aparecen en el tercer lugar en la lista de agresores en Colombia.
Cada año se registran 1.500 casos de ataques de este tipo en todo el mundo, de acuerdo con la Fundación Internacional de Sobrevivientes del Ácido (ASTI, por sus siglas en inglés: Acid Survivors Trust International).
Situaciones como este tipo, no solo en el estado colombiano, dejan en evidencia una sociedad que sigue validando los estereotipos machistas, que justifican conductas de violencia y agresión, al considerar, consciente o tácitamente, que las mujeres merecen los ataques por algún tipo de comportamiento o vestimenta.
DesdeLaPlaza.com/UN/Fucsia/MD