Es bien sabido que los plásticos son una trampa mortal para las criaturas que habitan los océanos, pero si de desechos letales hablamos, las cintas de embalaje se llevan la palma.
Uno de los problemas de estas cintas de embalaje es su constante acumulación, pues son materiales muy resistentes y no biodegradables que andan de aquí para allá durante años, y además por su forma pueden enredarse en animales como focas y leones marinos e incluso dificultar su movilidad hasta el punto de que el animal acabe muriendo de inanición, con una tremenda herida o en ocasiones siendo presa fácil para otros depredadores.
A ello hay que sumar el riesgo de ingestión de piezas de plástico, cada vez más numerosas, como atestiguan los parches de basura cuyos plásticos son tantas veces confundidos por los animales con alimento, con un efecto fatal a consecuencia de obstrucciones o envenenamientos.
Podemos ayudar a evitar esta tragedia simplemente cortando las cintas de embalaje para prevenir estos problemas y, por supuesto, contribuyendo al reciclaje de todo tipo de plásticos.
Desde La Plaza/ Ecología Verde/ AG