Familiares y amigos acudieron este martes 24 de marzo, al aeropuerto barcelonés de El Prat, de donde despegó el vuelo 4U9525 de la compañía de bajo coste Germanwings, que se estrelló poco después en los Alpes franceses con 150 personas a bordo, entre ellos unos 40 españoles.
La mayoría de los pasajeros del avión siniestrado, que cubría la ruta Barcelona y Dusserdorlf, eran turistas que habían pasado unos días de vacaciones en Barcelona y Palma de Mallorca, en el archipiélago balear.
Jordi Campoy, extrabajador de la farmacéutica Bayer, acudió a la terminal T-2 del aeropuerto de Barcelona “para apoyar a la familia de dos excompañero que viajaba en el avión siniestrado».
“No sé aún nada, sólo sé lo que he oído en la radio y espero que se equivoquen”, recalcó Campoy.
Mientras que otros familiares acudieron al mostrador de Swissport, la empresa de handling que hace los servicios de tierra para Germanwings, sin embargo la policía los llevó a la sala habilitada en la T-2 para atender a los familiares de las víctimas, donde también llegaron miembros del consulado alemán.
El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) envió un equipo de médicos y psicólogos al aeropuerto de Barcelona para atender a los familiares de las víctimas del accidente de avión.
El dispositivo de emergencia para atender a familiares y allegados de los pasajeros fallecidos en el siniestro se acordó en un gabinete de crisis que se convocó de urgencia al trascender la noticia de la catástrofe aérea.
“No vi ningún elemento que delatara que el avión estaba en problemas”
Sébastien Giroux, supuesto testigo que vio el avión de la compañía Germanwings poco antes de que este se estrellara, afirmó que no percibió ningún elemento que delatara que el aparato se encontraba en problemas. Sólo le sorprendió la poca altitud a la que volaba, tomando en cuenta que se encontraba en una zona montañosa.
“Lo único que me extrañó es que a esa altura no iba a poder atravesar la montaña”, indicó por teléfono Giroux, habitante del municipio de Prads-Haute-Bléone.
Giroux apuntó que no vio humo ni escuchó ruidos extraños poco antes del choque del avión, que iba con 150 personas a bordo y cubría la ruta entre Barcelona (España) y Düsseldorf (Alemania).
Finalmente, precisó que tampoco escuchó el impacto, debido a que este tuvo lugar a una decena de kilómetros de donde él se encontraba.
DesdeLaPlaza.com/Globovisión/SEB