El papa Francisco extiende su presencia en las redes sociales e inauguró, este sábado, su cuenta oficial en Instagram bajo el nombre @Franciscus, donde publica su imagen rezando acompañada por la frase «Recen por mí». El pontífice aterrizó en la social media bajo el nombre Franciscus, acompañado de miles de seguidores por minuto.
La cuenta del pontífice, tal como ocurrió con la de Twitter, tuvo un éxito inmediato. A los cinco minutos de postear su primera foto, ya había alcanzado los 15 mil seguidores y a la hora contaba con más de 55.000 y más de 3.400 comentarios, casi todas con cálidas palabras de bienvenida.
Pues sí, ahora la cuenta @Franciscus en Instagram, se unirá a @Pontifex en Twitter y en DesdeLaPlaza ya esperábamos por su primera publicación. Por esta razón te queremos recordar las ocasiones en las que el líder de la Iglesia Católica nos dejó sin palabras por sus buenas acciones.
Desde que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue electo sucesor del papa emérito Benedicto XVI el pasado 13 de marzo de 2013, el mundo entero comprendió que el nuevo líder de la Iglesia Católica, que adoptaría el nombre de Francisco como su nombre pontifical en honor a San Francisco de Asis, llegaría para romper esquemas.
Su santidad, el papa Francisco comenzó su pontificado rezando ante una imagen de la Virgen en la basílica romana de Santa María la Mayor y no en la Iglesia San Pedro, dejando de lado el tradicional estilo papal impuesto por sus predecesores.
Tres años han pasado desde que asumió el pontificado, tres años en los que ha compartido con fieles de 19 países, se ha reunido con grandes personalidades del espectáculo y la política, ha pronunciado discursos de suma importancia para el mundo entero y hasta ‘ha rezado’ para que “se le pinche el globo al Hurancán”, rival histórico del San Lorenzo, el club de sus amores.
Fuera lujos
Francisco rechazó la cruz pectoral de oro y prefirió seguir con la de hierro que tenía como obispo. Entre otras cosas renunció al lujoso carro oficial y a parte de los escoltas destinados a su protección. Cambió el papamóvil blindado por un jeep sin techo para hacer sus recorridos. Y estableció su domicilio en la habitación 201 de la residencia de Santa Marta, en lugar de quedarse en el suntuoso apartamento pontificio del tercer piso del Palacio Apostólico.
Usa los zapatos negros, un poco deformados porque le son más cómodos para caminar, que le hacía un artesano de Buenos Aires.
No le cuesta romper el protocolo
Durante las misas multitudinarias Francisco recorre el recinto en el papamóvil, pero en muchas ocasiones se ha saltado las normas de seguridad para saludar a alguien del público. Da igual que este en silla de ruedas, sea un niño o un adulto, el papa siempre tiene una palabra para todos.
Sus gestos de acercamiento a los fieles en la Plaza de San Pedro cada vez son más habituales. En una oportunidad se bajó del jeep, saludó primero a algunos fieles enfermos y después puso su firma el yeso de una niña, quien recibió perpleja este mensaje especial de Francisco, en un momento de conmoción que sin duda la joven nunca olvidará.
Acercamiento entre las iglesias Católica y Ortodoxa
Tras casi mil años de la ruptura entre la Iglesia católica y la Iglesia Ortodoxa, el papa Francisco sostuvo un encuentro histórico en La Habana, Cuba, con el patriarca ruso Kiril.
Tras el encuentro los líderes de las Iglesias Católica y Ortodoxa, firmaron una declaración conjunta como símbolo del pleno entendimiento a favor de los pueblos creyentes y el futuro de la civilización humana.
Un conflicto de casi mil años
El Cisma de Oriente y Occidente hace referencia a un evento conflictivo de carácter religioso que ocurrió en el año 1054. En dicho conflicto se produjo la mutua separación y excomunión entre el máximo jerarca de la Iglesia católica en Roma, el Papa u Obispo de Roma (junto con la cristiandad de Occidente), y los jerarcas eclesiásticos de la Iglesia ortodoxa (junto con la cristiandad de Oriente) especialmente del principal de ellos, el patriarca ecuménico de Constantinopla.
Aboga por eliminar el cobro de la deuda externa a países pobres
En reiteradas oportunidades el Papa Francisco ha abogado a favor de la eliminación del cobro de la deuda externa a países pobres, así como poner fin a la indiferencia y a los conflictos.
A juicio del Sumo Pontífice es necesario “abolir o gestionar de manera sostenible la deuda internacional de los países más pobres y adoptar políticas de cooperación respetuosas de los valores de poblaciones locales».
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