El vicepresidente de Tecnología del banco JPMorgan Chase, Gabriel Magee, que murió al caer de una altura de 32 pisos del edificio corporativo de la institución financiera en Londres, a finales de enero, estaba obsesionado con la idea de un «mundo paralelo», según reveló su novia a medios ingleses.
«Tenía que ver con la física cuántica y el suicidio. Dos estudiantes estaban vinculados con inyecciones letales operadas por un sistema de lotería numérico para que en el universo donde despertaran era uno donde ambos ganaran la lotería», señaló Lucy Pinches, pareja del banquero.
A juicio de la joven, que no entendía bien este tipo de cosas, Magee era una persona con la capacidad mental suficiente para pensar en cosas así.
Un estudio científico, encabezado por el doctor Rober Lanza, autor de la teoría del Biocentrismo, se relaciona con la extrañas circunstancias de la muerte del hombre.
Según la teoría, al morir es posible que la vida continúe en un universo paralelo. Hans Moravec desarrolló la hipótesis de la inmortalidad cuántica, sugiriendo que una persona sobreviviría siempre el suicidio, siguiendo la teoría de los muchos mundos de Hugh Everett.
Este físico, que creía que su conciencia seguiría la bifurcación del universo, señalaba que “en cada camino que no llevara a la muerte”. Así uno podría suicidarse casi perpetuatmente y sobreviviría en otro universo.
Gabriel Magge murió el pasado mes de enero, aunque la policía confirmó que su muerte se trató de un suicidio el pasado mes de mayo. Su muerte se une a una serie de banqueros que se han suicidado en los últimos meses , un patrón que algunos interpretan como muy significativo de las condiciones actuales del mercado.
Desde La Plaza/PijamaSurf/NCH