La Iglesia católica no se opone a la legalización de la unión de las parejas del mismo sexo siempre y cuando no esté equiparada al matrimonio, dijo hoy monseñor Bruno Forte. «La Iglesia está contra el uso de la misma terminología» para las uniones homosexuales y heterosexuales dijo Forte, secretario general del Sínodo de la Familia que se celebra estos días en el Vaticano.
Respecto al divorcio, los participantes reconocen la necesidad de tomar «opciones pastorales valientes» sobre situaciones familiares difíciles, como la de los divorciados, según el documento resumen de todas las intervenciones de los obispos.
El relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö, presentó ante la asamblea de obispos el Relatio post disceptationem, resumen de sus intervenciones donde se lee que se ha confirmado con fuerza la «fidelidad» a la doctrina católica.
Pero a continuación se agrega que los obispos «han advertido la urgencia de nuevos caminos pastorales, que partan de la efectiva realidad de las fragilidades familiares». «Cada familia herida debe ser primero escuchada con respeto y amor haciéndose de ellas compañeros de camino como Cristo con los discípulos de Emaús», se lee en la relación resumen. Explican que esto es «indispensable para los separados y divorciados» pues «debe ser respetado sobre todo el sufrimiento de aquellos que han sufrido injustamente la separación y el divorcio».
DesdeLaPlaza.com/La Vanguardia/AMH