Este miércoles una gran explosión provocada por un coche bomba sacudió la zona diplomática de Kabul causando al menos 90 muertos, 400 heridos y una enorme nube de humo que cubrió parte de la capital afgana.
El atentado marcó un sangriento comienzo del ramadán, el mes sagrado de ayuno y oración para los musulmanes. Según las autoridades la explosión se produjo cerca de un puesto de control en el camino hacia el palacio presidencial, y en una zona donde se encuentran varias embajadas.
El objetivo del ataque se desconoce, pero según el vocero del Ministerio de Sanidad, Ismail Kawasi, la mayoría de las víctimas eran civiles, incluyendo mujeres y niños. El balance puede agravarse ya que todavía se siguen extrayendo cuerpos de entre los escombros y muchos están heridos de gravedad.
La bomba fue accionada por «un kamikaze» a bordo de un vehículo «repleto de explosivos» en la plaza Zanbaq, a una hora en que cientos de personas acudían a su puesto de trabajo. La explosión provocó una potente onda expansiva que causó numerosos daños en los alrededores y pánico entre la población.
Las embajadas de Francia y de Alemania registraron «daños materiales», declaró la ministra de Asuntos Europeos francesa, Marielle de Sarnez. En tanto, el homólogo alemán de Asuntos Exteriores, Sigmar Gabriel, informó que empleados de la embajada resultaron heridos y que murió un guardia afgano.
«La explosión fue muy fuerte y los edificios de los alrededores, el nuestro incluido, registraron daños considerables en ventanas y puertas rotas», dijo por su parte el embajador de la India Manpreet Vohra al canal Times Now.
El jefe del Ejecutivo afgano, Abdulá Abdulá, condenó el ataque en Twitter. «Estamos por la paz pero los que nos matan durante el mes sagrado del ramadán no merecen ser convocados para sellar la paz, deben ser destruidos», escribió.
El ataque no ha sido reivindicado hasta ahora, pero el grupo yihadista Estado Islámico, cometió varios atentados sangrientos en la capital y podría estar detrás del ataque.
DesdeLaPlaza.com/TodoNoticias/KM