Dicen que serán más resistentes que los actuales, incluso podrían resistir lavados accidentales. Pero al final todo el asunto se trata de mejorar la confianza del ciudadano en la moneda emitida por los bancos centrales.
Según Mark Carney, gobernador del Banco de Inglaterra: “Asegurar la confianza y seguridad en el dinero es lo que los bancos centrales hacen principalmente. Los billetes de polímero son el siguiente paso para conseguir ese objetivo”.
También afirman que su producción será más barata, pues al tener mayor duración se reducen los costes de impresión y son más difíciles de falsificar.
En un país tan tradicional como el Reino Unido el principal obstáculo para los nuevos billetes será la aceptación de los ciudadanos. Por eso los han presentado en varios lugares, recogiendo las impresiones al respecto. El resultado, un 87 por ciento se mostró de acuerdo, mientras que el 6 por ciento no quiso ni oir hablar de ellos, y a un 7 por ciento le dieron absolutamente igual.
Claro que no van a ser los primeros. Canadá ya emite todos sus billetes en polímero. Y actualmente ya hay países que los usan, incluyendo a Rumanía, Bulgaria, Letonia y Brasil, entre otros.
La única pega que tienen: no se pueden planchar porque se derriten.
Desde La Plaza/ La Brújula Verde/ YB