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Europa: Uno de cada cuatro votos cae a formaciones de extrema derecha

Las fuerzas euroescépticas, que han vivido un auge en buena parte de países de la Unión Europea (UE) a raíz de la crisis económica en Europa, sumarán en la futura Eurocámara un centenar de escaños. Los mayores exponentes de esas formaciones son el Frente Nacional (FN) de la líder francesa Marine Le Pen, que ha obtenido un 25% de representación en Francia y el partido independentista británico (UKIP) de Nigel Farage, que obtendría el 30% de la representación en Reino Unido.

Estos resultados en Europa  en los diferentes Estados miembro de la Unión Europea dibujan un panorama claro del próximo Europarlamento que nace tras la imposición de la política de recortes y de la mayor crisis de legitimidad de las instituciones europeas: el ascenso de ultras y antieuropeos.

Según las estimaciones oficiales, hasta uno de cada cuatro votos cae a formaciones euroescépticas y de extrema derecha, con Marine Le Pen a la cabeza. Con su victoria en Francia, la presidenta del Frente Nacional (FN) se posiciona como la adalid de postulados xenófobos, cuyo avance se confirma imparable, que amenazan con condicionar la agenda comunitaria sobre cuestiones como la inmigración o la libre circulación de personas.

Además, las formaciones ultras han protagonizado un gran avance en otros diversos países. En Dinamarca, la ultraderecha xenófoba logró un triunfo rotundo con más de la cuarta parte de los votos, e infringió una dura derrota a socialdemócratas y liberales. El ultranacionalista Partido Popular Danés estará representado con cuatro de los trece escaños daneses en disputa. Los demócratas suecos, socios europeos de Le Pen, lograrían 2 eurodiputados.

En cuanto al resto de formaciones políticas, los conservadores del Partido Popular Europeo han ganado las elecciones, pero también han recibido un serio correctivo. El Partido Popular Europeo, con 212 escaños, pierde 62 escaños respecto a 2009. Los socialistas, por su parte, se mantienen como segundo grupo en Estrasburgo con 186 eurodiputados, 10 menos que hace cinco años. La tercera gran familia política europea, los liberales de ALDE, logran 70 eurodiputados, lo que representa una pérdida de 13 parlamentarios.

La cuarta fuerza, los Verdes europeos, obtienen 55 escaños, una bajada de dos representantes respecto a la situación actual. La Izquierda Unitaria Europea (GUE) suma 43 escaños frente a los 35 con los que contaba hasta ahora, en parte gracias a la victoria de Syriza en Grecia. Los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), grupo euroescéptico, se quedan con 44 escaños (una pérdida notable respecto a los 57 con los que contaban hasta ahora), según los datos preliminares del Parlamento Europeo.

La alianza antieuropea de tintes ultraderechistas liderada por el xenófobo Nigel Farage, del UKIP británico, el grupo Europeo de la Libertad y la Democracia (EFD) consigue un aumento de 5 eurodiputados, alcanzando 36 escaños. El grupo de los No Inscritos, al que pertenece el Frente Nacional, aumentaría de los 38 miembros actuales a 40, según estos datos. Hasta 67 eurodiputados de partidos todavía sin adscripción a ningún grupo parlamentario entrarán igualmente en la Eurocámara.

Sin duda, el mayor protagonista de la jornada electoral que ha vivido Europa  ha sido el terremoto, por otra parte esperado, del FN en Francia. El partido de extrema derecha ha arrasado, literalmente, al conseguir el 25% de los votos, con los que aspira a hacerse con entre 23 y 25 escaños de los 74 que estaban en juego en el país galo. Ha sido un «tsunami político, un seísmo», en palabras del primer ministro, Manuel Valls. También ha provocado que el presidente François Hollande convoque una reunión de urgencia de su gabinete para examinar la nueva situación política del país, en la que, aparte del triunfo del FN se une la derrota histórica del Partido Socialista (PS) con sus peores resultados en unos comicios europeos.

Por su parte, el candidato a la presidencia de la Comisión Europea y presidente de la Eurocámara saliente, el socialista alemán Martín Schulz, señaló que el resultado obtenido por Le Pen supone que esta jornada «es un mal día para la UE». «El que haya ganado el Frente Nacional en Francia… No es el único país», lamentó Schulz, durante una breve intervención ante la prensa tras conocerse los primeros resultados oficiales.

En Alemania, la canciller Angela Merkel aguanta a duras penas el tipo. El bloque conservador liderado por la canciller logra una amarga victoria en las elecciones europeas al registrar su peor resultado en estos comicios frente a la subida de los socialdemócratas, la irrupción de los euroescépticos y al escaño logrado por la ultraderecha.

Desde la Plaza/El País /AMH

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