La Guerra de Cuarta Generación es una realidad, es una batalla que se libra día a día a través de los medios de comunicación social, y con la masificación del internet, son las redes sociales el nuevo escenario bélico predilecto.
En estas contiendas de nuevos tiempos se ganan batallas posicionando etiquetas, las balas son click certeros en los respectivos “me gusta” de las publicaciones, y las heridas de guerra son los bloqueos por usuarios adversos.
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En esta guerra encontraremos soldadas y soldados de todas las edades, sexos, religiones, tendencias políticas, el único limitante viene a ser la brecha tecnológica, y en casos como el de Venezuela donde el Gobierno se ha avocado a democratizar el acceso a las TICs, pues se podría decir que es una batalla bastante amplia e inclusiva en términos de posibilidad de participación; sin embargo, al igual que en los campos minados, la mayoría de soldados y (en este caso) soldadas son jóvenes.
Sin lugar a dudas es sumamente importante el rol de la juventud en esta Guerra de Cuarta Generación (se habla ya incluso de guerra de Quinta Generación para el caso venezolano), y enfáticamente en el escenario de las redes sociales, donde las y los principales usuarios son jóvenes.
La razón principal deriva del mundo globalizado en el que vivimos, el cual, gracias a la tecnología, permanece constantemente interconectado, de manera tal que el posicionamiento de tendencias en redes sociales incide directamente en la percepción que de una determinada situación se tenga a nivel mundial.
Las redes sociales, por ser en principio creadas para el uso de individualidades, refieren un elemento de subjetividad y emotividad que facilita la empatía al momento de querer conocer las matrices de opinión populares sobre un tema específico.
Pese a esto, es necesario recordar que estas redes pertenecen a grupos económicos con intereses y alianzas, y que ningún hecho escapa del acontecer político (ya sea hecho político per se o politizado), esto para no caer en ingenuidades y confundirlas con un modelo perfecto de expresión del sentir popular.
Si bien es cierto, como hemos mencionado, que la juventud tiene un papel fundamental en esta contienda cibernética, no es menos cierto que esta politización virtual se convierte en un arma de doble filo, puesto que puede bien ser una útil herramienta para la comunicación y organización, como también puede ser la principal fuente de desmovilización.
Dando un paseo por las diferentes plataformas de redes sociales, nos encontraremos un sinfín de eufóricos comentarios, publicaciones para alertar sobre las cosas que están mal, incluso nutridos textos con argumentaciones y criticas que refieren un largo historial academicista con citas de autores, libros y teorías.
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Aclaro, esto lo encontraremos tanto en los perfiles de jóvenes de oposición como de jóvenes chavistas. Toda esta libre expresión, toda esta exteriorización de pensamientos y sentimientos es total y absolutamente válida e incluso aplaudida, pues felicitamos a esta juventud que experimenta un despertar político con la Revolución (para defenderla o para enfrentarla), agradecemos al Comandante Chávez el tener hoy en día jóvenes que se interesan en la política, y simplemente ese interés (tribute a la oposición a la Revolución) es un logro gigante del proceso revolucionario.
El reto ahora es trascender la política virtual, pues no se construye un país observándolo y cuestionándolo a través de un monitor. No debemos confundir el ser una juventud crítica con el ser una juventud espectadora.
Es fácil no salir del espacio de confort y descargar frustraciones en el teclado, es fácil ofender sin ver a los ojos, es fácil solo imaginar soluciones y esperar que vengan otras y otros a instrumentarlas.Esta alerta la hago ampliamente, incluyendo a todas las juventudes, a todo joven y a toda joven que se apasione por un tema.
La invitación es a pasar de la emoción a la acción: si te interesan los animales, no basta con ver videos sobre el maltrato animal y compartirlos, incorpórate como voluntariado en un refugio de mascotas, acércate a Misión Nevado, estudia el tema y ofrece talleres de formación en tu comunidad, adopta una mascota o conviértete en su madrina o padrino mientras consigue un hogar, sal de tu teléfono y de tu computadora y acaricia a esos animales de verdad. (Y así con la lucha con la que te identifiques bien sea la ecología, la sexodiversidad, la cultura, las artes, el deporte, entre otros).
A la juventud que le interesa la política: debemos ir más allá de la videopolítica, expresemos en las redes nuestro ser y hacer político más no convirtamos las redes en ese ser y hacer de la política.
A las y los opositores que drenan su frustración vomitando veneno en cuanto perfil de chavista se tropiezan (y que suelen tener especial fetiche con las y los chavistas de su lista de contactos): no confundan la batalla de las ideas con el estéril intercambio de ofensas en un muro, intenten otras formas para desahogar la inconformidad que tienen con sus vidas porque no tenemos ningún compromiso terapéutico para con ustedes; consigan canalizar ese descontento de una manera sana y responsable, así quizá, eventualmente se organice alguna versión de la oposición que satisfaga las necesidades de ese sector y les represente dignamente en el juego democrático.
A todas y todos los jóvenes que aman esta Patria, que tienen la convicción y han tomado la decisión de construir un país estando identificados o no con alguna tolda política:
Convirtamos la situación del país en una ocupación y no en una preocupación compartida por redes.
DesdeLaPlaza.com/Ana Sofía Cabezas B.
@anasofia510