Artur Mas no sólo no ha renunciado a nada, sino que tiene en la cabeza un plan alternativo para que los catalanes puedan ejercer el derecho a decidir en las urnas el próximo 9 de noviembre. Ese sería el objetivo si, como todo hace prever, la suspensión de la ley del Parlament y de la convocatoria realizada por el president impiden llevar a cabo la consulta fijada de acuerdo con el marco legal catalán impugnado por el Gobierno de Mariano Rajoy ante el Tribunal Constitucional.
El hermetismo sobre la posible salida al callejón en el que se va adentrando la consulta es casi absoluto en el Govern y en las cúpulas de los partidos del bloque soberanista. No obstante, un reducido grupo de los más directos colaboradores de Mas en el Ejecutivo catalán y en CDC trabajan ya con una opción alternativa que permitiría mantener viva la convocatoria del 9N. El planteamiento consistiría, según resumen las fuentes consultadas, en una votación que, desde el punto de vista de las garantías legales y su homologabilidad democrática se situaría a medio camino entre la consulta tal y como está planteada ahora y la que se realizó en Arenys de Munt en septiembre del 2009, de carácter político y revindicativo, y que se extendió luego a centenares de municipios catalanes.
En todo caso no se trata, señalan gráficamente las fuentes consultadas, de organizar «una consulta de costellada«. «Esto está del todo descartado», por cuanto la consulta, además de celebrarse el mismo día y en toda Catalunya, estaría amparada por el Govern. Otra cosa es el grado de implicación del Ejecutivo. Y ese es precisamente el nudo del debate abierto por las evidentes implicaciones legales y políticas que supondría dar cobertura oficial a una votación que, precisamente por eso, podría ser igualmente considerada ilegal por el Estado. El operativo se llevaría a cabo con la colaboración de los ayuntamientos -no necesariamente de sus funcionarios sino de los responsables políticos- y de las organizaciones de la sociedad civil, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium. En fuentes de estas entidades no se considera otra posibilidad que no sea que el 9-N se vote en una consulta «oficial».
Desde la Plaza/La Vanguardia/AMH