Esta martes, el gobierno de Israel decidió retomar la ofensiva militar contra la Franja de Gaza, ocasionándole la muerte a más de 190 personas en tan sólo ocho días. A pesar de haber decidido aceptar la propuesta de Egipto sobre detener los bombardeos, reanudaron los ataques pues consideran que el grupo islamista Hamás no detuvo las agresiones contra el territorio israelí.
A pesar de generar una fuerte situación para el pueblo palestino, no fue necesario llegar a esto para considerar la vida cotidiana como todo un desafío. Desde antes de iniciar la ofensiva militar, una de las regiones con mayor población del mundo, carecía de servicios y derechos indispensables para la vida.
1.- Desplazamiento de la población
A pesar de que el desplazamiento desde antes fue limitado, las posibilidades de traslado e ingreso a Gaza disminuyó en 2013, luego de que Egipto decidiera restringir el paso fronterizo de Rafah.
Desde las 40.000 personas por mes que utilizaban estas vías a principios de 2013, desde julio a diciempre se redujo a 9.500. A través de las conexiones Gaza recibía materiales de construcción, alimento, dinero en efectivo, armamento, ganado y combustible.
Cuando el gobierno de Egipto destrozó muchos túneles en 2013, la posibilidad de contrabandear disminuyó notablemente, generando escasez en los materiales de construcción y combustible, además del aumento en el costo de los alimentos.
2.- Economía
Los habitantes de Gaza viven en una situación peor que la de los años 90. El 21% de los pobladores vive en extrema pobreza, recibiendo menos de 1,832 shekels (US$534 mensual) en comparación con el 7,8% de la población que vive en estas condiciones en Cisjordania.
Según el Ministerio de Economía del territorio palestino, el fin del contrabando le generó una pérdida de US$460 millones a Gaza en 2013.
En relación a los materiales de construcción, su ausencia causó una baja en la actividar del sector, que sustenta cerca del 10% de la mano obrera. Asimismo, la falta de compuestible afectó a aquellos que reciben ganancias del área de transporte, pesca y agriculto.
3.- Sistema educativo
La educación en la Franja se mantiene bajo presión. Las Naciones Unidas, encargadas de dirigir varias instituciones educativas, han determinado que para el 2020 serán necesarias unas 440 escuelas debido al aumento de la población.
Aproximadamente 463.600 niños son distribuidos en las 649 escuelas, tanto primarias como secundarias. Debido a la alta escasez de salones de clase, el 67% de las instituciones que maneja el gobierno y el 71% de las que se responsabiliza la ONU, se ven en la obligación de trabajar en dos turnos, situación que le limita las horas de estudio a los 40 y 50 alumnos de cada clase.
Cerca de 13 escuelas se encuentran ubicadas en plena forontera entre Gaza e Israel, zona que permanece en constante guerra.
4.- Servicios Médicos
A pesar de que la ONU asegura que los servicios de salud en Gaza pueden comparase con el de los países de medio y alto ingreso, la calidad del mismo debe ser mejorada.
Además, la organización asegura que desde que se adoptaron las medidas impuestas por Egipto en 2013, el servicio de salud pública ha empeorado.
La situación con la energía eléctrica ha afectado el equipamiento médico obligando a los médicos a detener o interrumpir tratamientos. En 2008, Israel aumentó la capacidad de ingreso de pacientes provenientes de Gaza.
5.- Alimentación
La dificultad para adquirir comida en Gaza creció del 44% al 57% entre 2012 y 2013. El 80% de la población se alimenta gracias a la ayuda recibida, pues pocos cuentan con los recursos monetarios para pagar por los servicios primordiales.
Por otro lado, existe la restricción a la pesca y las tierras útiles para el cultivo establecida por Israel. Por su parte, los palestinos no cuentan con los recursos necesarios para el cultivo en la zona de contención declarada por los israelíes, lo que ha disminuido la producción de 75.000 toneladas de alimento anualmente. Es precisamente el área restringida, la que se conoce como la más productiva y fértil de la Franja.
6.- Electricidad
La falta de luz es el día a día de los palestinos. La mayoría de la energía la prevé Israel, lo que aporta la única planta eléctrica ubicada en territorio palestino y el aporte de Egipto, no cubre las necesidades de los habitantes.
Las casas se autoabastecen con generadores propios, pero el costo del combustible es demasiado alto. Al cerrar los túneles, la producción de electricidad de la Planta de Energía de Gaza se vio afectada y no tuvo más remedio que vivir del diesel traído desde Egipto.
La ONU asegura que existen suficientes fuentes gasíferas para explotar en las costas de Gaza.
Desde La Plaza/ BBC Mundo/ KH