Eran aproximadamente las 22:00 horas del 30 de abril, cuando un enorme alud de tierra, cayó sobre mineros que trabajaban en el pozo en una explotación minera en el Cauca colombiano.
Los testigos de la tragedia, calculan que por lo menos 70 metros cuadrados de tierra y lodo atraparon a unas 40 personas que estaban realizando este trabajo durante la noche, y que sobreviven a sus duras condiciones sociales con este trabajo inhumano, y violatorio de todas las convenciones internacionales en materia de derechos laborales .
De acuerdo a familiares de estos mineros, a cambio de una “mejor” remuneración, aceptaron trabajar por la noche.
La zona de la tragedia, conocida como “El Palmar”, está ubicada a unos 20 minutos del casco urbano de Santander de Quilichao en el norte del Departamento del Cauca, al Sur Occidente de Colombia, a 70 kilómetros de la ciudad de Cali.
La información preliminar proviene de un testigo que llegó al lugar de los hechos y dijo que a primeras horas del 01 de mayo, solamente habían podido rescatar tres personas, en una mina donde trabajan campesinos, indígenas y afrocolombianos.
También informan los familiares y testigos, que los dueños de esta excavación minera y de las retroexcavadoras que se encontraban allí, habrían escapado con sus equipos.
En esas mofas irónicas de la vida, esta tragedia que sepulta vivos a humildes trabajadores, sucede en las vísperas del “Día Mundial de la Clase Trabajadora”, como una brutal bofetada contra el exterminio que genera la codicia minera corporativa transnacional, afanada por el oro que alimenta a los beneficiarios del sistema, y a la clase humilde trabajadora sólo deja explotación, muerte, corrupción, terror y destrucción.
No podemos seguir muriendo y matando para que unos pocos acumulen.
Desde la Plaza/ Pueblo en Camino / AMH