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Del mar a la mesa en medio de la inflación inducida

El pescado es una de las proteínas animales mas nutritivas y sanas que existen, en el Caribe tenemos el privilegio de conseguir una gran variedad de pescados, el pescador tiene la dicha de salir en su lancha y regresar bien temprano en la mañana con una carga de frutos del mar, fresquesitos y provocativos, ¡qué dicha la que tiene uno cuando va a zonas costeras y encuentra en los muelles o centros de pescadores el pescado más fresco al mejor precio! Más cuando te das cuenta de que por ejemplo en Caracas que está bien cerca de la costa ya lo pagas hasta 4 veces el precio.

Es incomprensible realmente que si un kilogramo de pescado en Araya, en Puerto  Piritu o en Cumaná cuesta BsF.  350,00  el kilo, en otros lados llega a costar hasta BsF. 1300,00 y más, así como incomprensible es que en el estado Vargas un pescado frito cueste Bs. 1600 y hasta más cuando es un estado costero, además que en Cumaná en el Mercadito un pescado frito apenas cuesta BsF. 400,00.

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Que si el costo de la vida, que si no te gusta no lo compres, pero la verdad es que nos estamos asfixiando nosotros mismos, subiendo los precios al son de una mentira, generando beneficios a partir de la explotación de nosotros mismos.

Este puente largo del 12 de octubre, estuve en Puerto Píritu y por solo poner un ejemplo el sábado en los kioscos de comida tenían un precio y el domingo tenían otro, en la carretera pasaba lo mismo en los puestos donde se vendía casabe, pero estamos hablando del pescado, así que sigo sin entender la diferencia de precios entre un lugar y otro, o entre un día y el otro.

Es necesario sincerar los precios o en algún momento nadie podrá pagar por nada, nadie venderá y nadie comprará, abusar de nosotros mismos, del trabajo del pescador y de la economía del país trae beneficios a unos pocos, pero la gran mayoría sufre las consecuencias de esta locura.

Es el pescador el que arriesga la vida en alta mar, el que se trasnocha, el que recoge los frutos del mar pero terminan siendo  los intermediarios los que se benefician del trabajo del que sale al mar a pescar, es irónico, porque no solo es el pescador el que se esfuerza para que el pescado llegue a la mesa, sino el trabajador común y corriente, el del salario base, que también termina siendo abusado para poder llevar a su mesa un poco de pescado fresco, el del medio se lo lleva todo, el que lo pesca y el que lo consume son solo piezas usadas por los que se hacen ricos con el gran negocio del pescado fresco.

DesdeLaPlaza.com/Rómulo Hidalgo

 

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