Es simple. Obama firmó una orden ejecutiva que declara la situación en Venezuela como una «amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional y política exterior estadounidenses«.
«Este tipo de declaraciones suelen preceder a agresiones militares», escribió el politólogo argentino Atilio Borón luego de conocer la noticia.
Atilio Borón cree que hay que tomar «muy en serio» el hecho de que EEUU «profiera una amenaza». «Especialmente si se recuerda la vigencia de una vieja tradición política norteamericana consistente en realizar autoatentados que sirvan de pretexto para justificar su inmediata respuesta bélica».
En concreto
Lejos de significar ésta una simple “reacción desesperada” o juego de palabras de la Casa Blanca –que no deja de serlo– Barack Obama, abre las puertas para la activación de planes violentos, asegura Basem Tajeldine.
Las acciones no se visualizan inmediatas pero si abren la posibilidad de agresiones mayores… pero Estados Unidos mide sus tiempos y no puede descuidarse la amenaza.
Por ello, el representante Permanente de la República Bolivariana de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton Matos, consideró las sanciones anunciadas por el presidente norteamericano, Barack Obama, contra Venezuela como una escalada de guerra psicológica y una preparación para un mayor intervencionismo.
Esa “orden ejecutiva” de Obama se lee como amedrentamirnto para el sector militar del entorno presidencial, con la que Estados Unidos persigue crear fracturas en base a presiones familiares de los militares de alto rango.
Estados Unidos no duda. Viene desarrollando su plan de asfixiar a sus contrarios ideológicos. “No se puede perder de vista que con la reciente aplicación del fraking que disminuye la compra de petróleo consiguen acumulación energética, por lo que bajan la demanda y por ende los precios… y si cortan la compra actual pondrían a Venezuela en una situación difícil”,opina el periodista venezolano Carlos Gimánez Freites.
¿Elecciones parlamentarias?
Los últimos acontecimientos parecieran generar un escenario en el que “las elecciones” no son una prioridad. En Venezuela, de todos los factores de la derecha opositora, apenas el presidente del partido social cristiano, Copei, escribió un mensaje de twitter en el que consideró, exagerado el texto de Obama.
Para Giménez, “se trata de un plan. En ese plan, dudo que mas allá de considerar las parlamentarias un imponderable, ellos tengan una secuencia de acción en las que consideren ese punto como objetivizado. En última instancia el propósito es afectar psicológicamente para obtener objetivos masivos, sean electorales o bélicos”.
En Venezuela ya se pronunció el presidente Maduro, las acciones pasan ahora al parlamento; se mueve el terreno mediático como un hervidero… pero esto apenas comienza.
La orden de Obama incluye:
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Suspensión de visas
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Congelación de activos en territorio estadounidense a siete funcionarios militares y policiales venezolanos.
Son ellos:
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El exdirector de operaciones de la Guardia Nacional Bolivariana, Antonio Benavides.
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El director del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), Gustavo González López.
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El Presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, Justo José Noguera Pietri
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La fiscal Katherine Haringhton, (a quien incluyen en las sanciones por llevar adelante los casos contra María Corina Machado y Antonio Ledezma; al director de la Policía Nacional, Manuel Pérez Urdaneta).
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El ex director del Sebin, Manuel Bernal Martínez.
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El inspector general de las FANB. Miguel Alcides Vivas Landino.
Llama la atención que los “sancionados” no tienen visa vigente para ingresar a Estados Unidos y tampoco cuentas ni activos en el país del norte.
Según EEUU estos funcionarios habrían estado vinculados a actos de violación a los derechos humanos, precisamente por detener en las protestas golpistas registradas en Venezuela entre febrero y mayo pasado el plan “La Salida” (en alusión a “la salida” de Nicolás Maduro de la presidencia), donde fallecieron 43 personas, la mayoría por disparos en la nuca y la cabeza.
En la misma declaración, como no podía ser de otra manera, el Premio Nobel de la Paz presume de estar “comprometido en hacer avanzar el respeto por los derechos humanos”. Lo curioso es que esto es afirmado por el mismo país que no ha firmado la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
DesdeLaPlaza.com / Ernesto J. Navarro