El president de la Generalitat, Artur Mas ha comparecido desde el Palau de la Generalitat, para anunciar que había «unas novedades» y explicar «dónde estamos y hacia dónde vamos».
Después de la larga reunión de este lunes: «vamos adelante, de momento no tan juntos como hace 10 días, pero vamos adelante», ha garantizado, frente a quienes se vanagloriaban de la excelente noticia que supondría una renuncia. «La actitud del Govern no es la de recular, de que como no tenemos el mismo consenso no habrá consulta y demás», por el contrario, «el Govern está decidido a hacer la consulta y a hacerla el 9N«, con la misma pregunta acordada, con voluntarios (más de 20.000), urnas, locales (los de la Generalitat) y papeletas, así como la implicación de los ayuntamientos (más de 900) y el tejido asociativo del país.
El nuevo plan deja el consenso herido, en principio, de asumible consideración: «Me hubiera gustado que fuera con el mismo consenso, no es posible, pero el Govern se siente fuerte como para que aquello que dijo», ha asegurado. Y aún así hay fuerza suficiente para ir más allá, a unas elecciones plebiscitarias que serían «el verdadero referéndum» de autodeterminación.
Una vez descartada la posibilidad de celebrar la consulta del 9-N tal y como estaba prevista en el decreto de convocatoria suspendido por el Tribunal Constitucional, la intención era buscar alguna alternativa que la sustituyera, amparada en los artículos de la ley no suspendidos que regulan los procesos de participación ciudadana y que prevén, al menos, tres fórmulas posibles: encuestas, audiencias públicas y foros de participación.
Desde la Plaza/La Vanguardia/AMH