En días recientes, una serie de rumores corren en centros comerciales, establecimientos de comida y en las redes sociales, sobre la supuesta compra de billetes de 100 bolívares con “inicio alfabético doble” o “series de letras”. Estos billetes serían comprados por un valor mayor al que corresponde por dicha denominación.
Entre los posibles móviles que se manejan para esta actividad ilícita está la falsificación de billetes para convertirlos en dólares e intercambiarlos en el mercado nacional e internacional. Sin embargo, ninguna autoridad ha hecho referencia a esta actividad ilícita en Venezuela.
No obstante, existen registros que dan cuenta de que el delito de falsificación de billetes se ejecuta en Colombia y las autoridades del vecino país han logrado identificar cómo operan estas mafias.
¿Qué técnicas usan para falsificar?
Hasta el momento se conocen cuatro formas de “piratear dinero”: impresión ink jet (con impresora de alta calidad) y le sigue la off set (con máquina litográfica, que le da el relieve al papel bond empleado). Para ello, se usan planchas metálicas con los emblemas del billete.
La tercera modalidad es regrabando un papel moneda. “Emplean un dinar iraquí, que cuesta 1 mil pesos colombianos, y con un proceso químico le borran la tinta, lo recortan y reimprimen como dólar, euro y bolívar”, agrega el investigador del Grupo contra la Falsificación de Moneda del CTI, de Colombia.
La cuarta es la técnica del “billete muerto”. Se trata de una especie de moneda “Frankestein”, hecha con partes de otras, con una pericia asombrosa.
¿Cómo operan?
Según los expertos, en el entramado de la falsificación, los que intervienen aspiran a ganar tres veces más de lo invertido. Por lo general, el perfil de los falsificadores es clásico. “Participan litógrafos contratados por terceros”, precisa el investigador judicial.
El “inversionista” para este tipo de modalidad delictiva está involucrado en otras áreas del crimen organizado: narcotráfico, contrabando, piratería o bandas. Es cuando combatirlos se hace peligroso.
“Esa actividad termina ligada a otras cadenas de ilegalidad como el narcotráfico, alimentando a estructuras que promueven la violencia“, señala Rubén Fernández, gerente del programa estatal Antioquia Legal.
Pocas veces, dicen los agentes, han capturado a empleados bancarios. “Este negocio está en manos de mafias que trabajan en red, que consiguen insumos (tintas, cintillas de seguridad, etc.) en diferentes partes. Los que producen los billetes son subcontratistas que poco saben del destino final de su creación, casi siempre es gente con urgencias económicas”.
¿Cómo afecta la falsificación de billetes a la economía?
José Cadavid, docente y magíster en Economía Aplicada, opina que al introducir este capital ilegítimo en el torrente financiero “la autoridad monetaria pierde el control de la cantidad de dinero que circula en la economía, eso genera fenómenos inflacionarios; si hay demasiada moneda circulante, puede aumentar la demanda de bienes y servicios, se da una sobrevaloración de esos activos”.
Agrega: “tener dinero no controlado en la economía genera ese desbalance e ineficacia en las políticas monetarias”.
Por otro lado, otra consecuencia de esta actividad es la estafa, pues muchos delincuentes emplean las falsificaciones para comprar propiedades y vehículos; además usan amenazas para evitar que las víctimas si denuncien la falacia.
“En transacciones millonarias, como las del narcotráfico, engañan a la contraparte entregándole la tercera porción del dinero en billetes falsos”, según el penalista Martín Botero, encargado de esta situación en la Subgerencia General del Banco de la República de Colombia.
Las organizaciones dedicadas a esta actividad, conforman en ocasiones redes con distribución en el extranjero (dólares en Panamá, EEUU. y Ecuador, y euros en España).
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