El pasado 12 de febrero de 2014, una marcha opositora promovida por el partido Voluntad Popular, que se dirigió a la Fiscalía General de la República, terminó con una violenta manifestación de quienes pretendían ingresar al edificio.
Justo desde ese día la oposición venezolana comenzó a mencionar en sus discursos a los “colectivos”. Desde que gobierna la Revolución Bolivariana los calificativos contra el movimiento popular han abarcado: desdentados, lumpen, hordas, círculos del terror, etc, etc.
Existen colectivos desde el siglo XX, pero los adversarios de la Revolución parecieron haberlos descubiertos en febrero de este año.
Pero ¿qué es un colectivo?
Es simplemente un grupo de personas que comparten intereses o que trabajan juntas por un objetivo común. Pueden o no tener una personalidad jurídica.
Básicamente, se les relaciona con ideologías de izquierda revolucionaria. Buscan soluciones para la comunidad y no individuales. Ya en la desaparecida Unión Soviética se ubican grupos denominados de esta forma.
El intelectual ruso Antón Makárenko (1888-1939) destacado en el área de la pedagogía, lo explicaba en dos platos:»la colectividad es un complejo de individuos que tienen un fin determinado, están organizados y poseen organismos colectivos».
“Las vainas son verdes” son un colectivo dedicado al tema de la ecología desde una mirada política como ellos mismos se definen. En su blog explican de forma detallada la razón de ser estas agrupaciones en Venezuela:
-«Los Colectivos son una respuesta de organización social para la participación política que históricamente se han dado comunidades, ciudadanos, campesinos y pueblo en general, a nivel mundial, contra el manifiesto fracaso de los partidos de derecha y de izquierda, que una vez en el poder terminan siendo instrumentos de las clases dominantes para continuar con la explotación de los pueblos.
-En Venezuela, durante toda la Cuarta República, con los gobiernos de AD, COPEI y luego el chiripero de esa izquierda oportunista que se unió con Rafael Caldera, los colectivos fueron perseguidos, detenidos, torturados y desmantelados por la DISIP y el DIM (…)
–Los colectivos gozan de la autonomía de decisión, oportunidad de crítica a terceros y autocrítica, funcionamiento horizontal, dirección colectiva en asamblea (de allí su nombre de “colectivo”), por lo que son espacios flexibles donde se puede ejercer la organización y la participación política sin tener que responder a las obediencias automáticas (…)
-Durante los gobiernos del presidente Chávez y hasta ahora con el gobierno del presidente Maduro, los colectivos no sólo dejaron de estar perseguidos, sino que se crearon condiciones legales, espacios de expresión y oportunidades de participación (…) Hoy los colectivos pueden participar tanto en espacios de decisión local como los consejos comunales”.
Luego del 12 de febrero, la Mesa de la Unidad Democrática, en voz su exsecretario general Ramón Aveledo, llamó a marchar en contra de los colectivos, exigiendo su disolución y desarme. Dentro de sus filas un alcalde, militante de Primero Justicia, Gerardo Blyde, le ripostó en un artículo: Gerardo blyde: “No es cierto que todos los colectivos estén armados o que se dediquen a acciones ilegales. Hay muchos que están organizados para cumplir funciones sociales en sus comunidades”.
El diputado bolivariano, Fredy Bernal, asegura que la polémica alrededor de los colectivos es una discusión de clases: «han querido satanizar a los colectivos, cuando los colectivos son grupos de cultura, que construyen (…) pero en el fondo ellos (la oposición) le temen es al pueblo organizado».
De todo como en botica
Acá una breve muestra diversa. Apenas algunos de los miles y miles de colectivos que funcionan en la Venezuela Bolivariana:
Desde La Plaza / Ernesto J. Navarro